sábado, 14 de noviembre de 2009

Evangelio de Judas

EL EVANGELIO DE JUDAS
Versión completa en español

Presentación por Gustavo Vázquez Lozano


Correspondencia e información para citar este artículo:
catpeople_2000 arroba yahoo.com

Se presenta a continuación la versión completa del “Evangelio de Judas”, documento del cual se tenía noticia desde el siglo II, gracias al testimonio de Ireneo y Epifanio, y presentado el pasado mes de marzo por la National Geographic Society en medio de un impresionante circo mediático. Frases como “El Evangelio perdido”, “El Evangelio prohibido”, y la entusiasta convicción de estar desenterrando la verdad oculta durante siglos, si bien fueron buenas para captar la atención del gran público y vender el producto, revelaron de National Geographic, más que un interés académico, la intención de subirse al carrusel del Código Da Vinci y su danza de millones de dólares.

Primero, un poco de historia. El códice fue descubierto en la década de 1970 en Egipto. Durante años estuvo resguardado en una caja de seguridad en Nueva York. Para llevar a cabo su traducción, se llevó a cabo un proceso de restauración impresionante, una de cuyas primeras fases fue el armado de más de mil fragmentos a punto de hacerse polvo. En diciembre de 2004 se llevó además a cabo una prueba de carbono 14, la cual fechó el papiro entre los años 220 y 340, en tanto que varios expertos paleógrafos coincidieron en señalar que se trataba efectivamente de un documento elaborado en Egipto entre los siglos 3 y 4 de nuestra era. Todo lo cual llevó a National Geographic a realizar el dramático anuncio de que el Evangelio de Judas era “auténtico”. Esta opinión que fue reproducida fielmente por diversos medios de comunicación.

Con todo, en medio de la tormenta mediática, nadie pareció reflexionar sobre qué debemos de entender por “auténtico”. Si por auténtico entendemos que el Evangelio de Judas no se trata de una falsificación moderna, entonces es auténtico, efectivamente. Nadie parece poner en duda que esta copia del Evangelio de Judas proviene del siglo 3 o 4 de nuestra era. Es de hecho un interesante documento que nos otorga una visión de una variante de cristianismo (gnóstico) que adquirió significativa fuerza en aquellos años. La cuestión de fondo es si el Evangelio de Judas narra eventos históricos de la vida de Jesús. Esto es un asunto completamente distinto. Aquí es donde herramientas como el análisis textual, el análisis de forma y el de fuentes pueden darnos las mejores respuestas.

Desde la primera lectura, el Evangelio de Judas se revela como un documento claramente gnóstico. El gnosticismo fue una filosofía oriental que alcanzó su mayor fuerza alrededor del siglo 2 y 3 de la era común, y que tomó prestados diversos elementos del judaísmo y del cristianismo. Los documentos más tardíos del Nuevo Testamento ya dejan entrever los primeros choques con el gnosticismo, pero es hasta el siglo dos cuando los gnósticos empiezan a producir decenas de “evangelios” y que la confrontación se da en toda su extensión. Para el gnosticismo, en apurado resumen, el mundo es la creación de un dios malvado –el dios del Viejo Testamento– y los seres humanos son emanaciones del verdadero Dios, mucho más poderoso y antiguo, chispas divinas atrapadas en cuerpos corruptibles y poco importantes. De ahí que el ascetismo marcado y la negación del cuerpo sea un aspecto clave del gnosticismo. Es sólo por medio de un conocimiento secreto que se alcanza la verdadera liberación y la reintegración al cosmos y al todo.

En particular, el Evangelio de Judas presenta una imagen muy distinta de Judas Iscariote, el discípulo que según la tradición canónica traicionó a Jesús entregándolo a las autoridades. En palabras de National Geographic, este documento nos presenta “una intrigante nueva visión” de Judas y las razones que tuvo para traicionar a su maestro. El evangelio muestra de hecho a Judas actuando a petición de Jesús, quien debe de liberarse “del cuerpo que me reviste”, es decir, deshacerse del cuerpo material para poder trascender a estados superiores, idea ajena al judaismo del siglo I y sí en cambio netamente gnóstica. Judas es aquí el único de los discípulos que entiende la verdad y a quien Jesús reveló los misterios del reino.

Pero aunque el Evangelio de Judas puede ser interesante para conocer la cosmovisión de un grupo gnóstico asentado en Egipto, tiene poca o nula información histórica sobre Jesús de Nazaret, no se diga sobre el propio Judas. Aunque parecen apreciarse diversas etapas en su redacción, en general tiene la forma de extensos “diálogos” entre Jesús y Judas Iscariote. Los “diálogos” fueron un género muy popular en la literatura gnóstica, por ejemplo en los “Diálogos del Salvador”, también de la época. La acción suele ocurrir después de la resurrección de Jesús durante una supuesta etapa en la que el cristo resucitado se apareció sus discípulos más cercanos para darles las últimas instrucciones y revelarles los secretos del cosmos. Aunque en el Evangelio de Judas la acción tiene lugar pocos días o pocas horas antes de la crucifixión, parece apreciarse una capa redaccional central en la que precisamente se reproducirían diálogos entre Judas y Jesús resucitado. Mientras en los evangelios sinópticos la predicación de Jesús es eminentemente pública, los gnósticos abundan en secretos y revelaciones privadas, como es el caso.

Más que palabras recordadas de Jesús, los evangelios gnósticos suelen contener elaboradas cosmovisiones y largos monólogos sobre el origen del universo y los poderes celestiales. Pero es difícil imaginarse a un judío del siglo I como Jesús hablando de “eones”, de los “siete niveles del cielo”, o de la compleja cosmología de luminarias, ángeles e inframundos que nos revela este documento, revelaciones que difícilmente se habrían conservado durante los primeros 30 o 40 años que duró la etapa de transmisión oral de las palabras de Jesús.

Efectivamente, como ya lo han demostrado ampliamente estudiosos como John Dominic Crossan, la transmisión del mensaje de Jesús de Nazaret en los primeros años del cristianismo se llevó a cabo por medio de la memorización de parábolas, el uso de palabras clave y sobre todo de aforismos cortos, fáciles de recordar, piezas de tradición que posteriormente los evangelistas recopilaron, redactaron, acomodaron por escrito en la segunda generación de seguidores del movimiento.

Descartando la historicidad de los extensos diálogos, ¿podría el Evangelio de Judas conservar una tradición distinta de la personalidad de Judas en el sentido de que màs que ser un traidor, actuaba por indicaciones de su maestro? Tampoco esta hipótesis parece razonable si nos atenemos al criterio del testimonio múltiple –brillantemente expuesto por estudiosos como John Meier–, considerando que cuando menos cuatro fuentes independientes (Marcos, Lucas/Hechos, Juan y Pablo) coinciden en señalar la traición por parte de un discípulo del círculo interno.

El valor del texto reside por tanto en la información que brinda para comprender mejor la tradición gnóstica y apreciar la abundante diversidad que el cristianismo primitivo presentaba ya en el siglo 2 de nuestra era.



EL EVANGELIO DE JUDAS
Versión completa
Traducción de Gustavo Vázquez Lozano

(Las palabras en paréntesis son reconstruidas.)

El relato secreto de la revelación que Jesús hizo en conversación con Judas Iscariote durante una semana tres días antes de que celebrara la Pascua.

Cuando Jesús apareció en la tierra, hizo milagros y grandes maravillas por la salvación de la humanidad. Y dado que algunos (anduvieron por) el camino de la rectitud en tanto que otros siguieron con sus transgresiones, llamó a los doce discípulos.

Comenzó a hablar con ellos sobre los misterios más allá del mundo y lo que sucedería en el final. Con frecuencia no aparecía ante sus discípulos como sí mismo, sino que se le veía entre ellos como un niño.

Un día estaba con sus discípulos en Judea y los encontró reunidos y sentados en observancia piadosa. Cuando (se aproximó) a sus discípulos, reunidos y sentados y ofreciendo una oración de acción de gracias sobre el pan, (él) se empezó a reír. Los discípulos (le) dijeron: Maestro, ¿por qué te ríes de (nuestra) oración de acción de gracias? Hemos hecho lo correcto.

Él les contestó y les dijo: “No me estoy riendo de ustedes. Ustedes no hacen esto por su propia voluntad sino porque es a través de esto que su dios recibe alabanzas”. Le dijeron: “Maestro, tu eres (...) el hijo de nuestro dios”. Jesús les dijo “En verdad (les) digo, ninguna generación de los pueblos que están entre ustedes me conocerá”.

Cuando sus discípulos oyeron esto empezaron a enojarse y se pusieron furiosos y comenzaron a blasfemar contra él en sus corazones. Cuando Jesús observó su falta de (entendimiento, les dijo): “¿Por qué les hace enojar esta agitación? El dios que está en ustedes y que (...) les han causado enojo (en) sus almas. El de ustedes que sea lo suficientemente fuerte entre los humanos, (que) traiga al ser humano perfecto y se ponga frente a mi”. Todos dijeron: “No tenemos la fuerza”.

Pero sus espíritus no tuvieron el valor de ponerse frente (a él), excepto Judas Iscariote. Él fue capaz de ponerse frente a él pero no pudo verlo a los ojos, y miró hacia otro lado. Judas le (dijo): “Yo sé quién eres y de dónde vienes. Eres del reino inmortal de Barbelo. Y no soy digno de pronunciar el nombre del que te ha enviado”.

Sabiendo que Judas estaba reflexionando sobre algo que está exaltado, Jesús le dijo: “Retírate de los otros y te diré los misterios del reino. Es posible que tu lo alcances, pero sufrirás mucho. Porque alguien más te reemplazará, para que los doce (discípulos) puedan otra vez llegar a ser completos con su dios”. Judas le dijo: “¿Cuándo me dirás estas cosas, y (cuándo) amanecerá el gran día de luz para la generación?”.
Pero cuando dijo esto, Jesús lo dejó.

A la mañana siguiente, después de que sucedió esto, Jesús (se apareció) a sus discípulos nuevamente. Ellos le dijeron: “Maestro, ¿a dónde fuiste y qué hiciste mientras nos dejaste?”. Jesús les dijo: “Fui con otra generación grande y santa”. Sus discípulos le dijeron: “Señor, qué es esa gran generación que es superior a la nuestra y más santa que la nuestra, que no está en estos lugares?”. Cuando Jesús oyó esto, se rió y les dijo: “¿Por qué están pensando en sus corazones sobre la generación fuerte y santa? En verdad les digo, nadie que haya nacido (en) este eón verá esa (generación), y ningún ejército de ángeles de las estrellas gobernará esa generación, y ninguna persona mortal por nacimiento se puede asociar con ella, porque esa generación no viene de (...) que se ha convertido en (...) La generación de personas entre (ustedes) es de la generación de la humanidad (...) poder, que (...los) otros poderes (...) por (los cuales) ustedes gobiernan”.

Cuando sus discípulos oyeron esto, todos se sintieron acongojados de espíritu. No podían decir una palabra.

Otro día vino Jesús hacia (ellos). (Le) dijeron: “Maestro, te hemos visto en una (visión), porque hemos tenido grandes (sueños...) noche (...).

(Él les dijo): “¿Por qué (ustedes...cuando) estaban escondidos?”

Ellos (le dijeron: “Hemos visto) una gran (casa con un gran) altar (dentro, y) doce hombres –son los sacerdotes, diríamos– y un nombre; y una multitud de gente está esperando en el altar, (hasta que) los sacerdotes (...y reciben) las ofrendas. (Pero) seguimos esperando”.

(Jesús dijo): “¿Cómo son (los sacerdotes)?

Ellos (dijeron: “Algunos...) dos semanas; (algunos) sacrifican a sus propios hijos, otros a sus esposas, en alabanza (y) humildad con el otro; algunos duermen con hombres; algunos se ven envueltos en (asesinato); algunos cometen una multitud de pecados y hechos fuera de la ley. Y los hombres que se presentan al altar invocan tu (nombre), y en toda la extensión de sus deficiencias, los sacrificios son efectuados hasta ser completados (...).

Después de haber dicho esto, se quedaron en silencio, porque estaban perturbados.

Jesús les dijo: “¿Por qué están perturbados? En verdad les digo, todos los sacerdotes que se presentan en ese altar invocan mi nombre. Nuevamente les digo, mi nombre ha sido escrito en este (...) de la generación de las estrellas a través de las generaciones humanas. (Y ellas) han plantado árboles sin fruto, en mi nombre, de una manera vergonzosa”.

Jesús les dijo: “A esos que han visto recibiendo las ofrendas en el altar – eso es lo que ustedes son. Ese es el dios al que sirven, y ustedes son esos doce hombres que vieron. El ganado que han visto acercar al sacrificio son todas las personas a las que han engañado frente a ese altar. (...) se pondrán de pie y harán uso de mi nombre de esta forma, y las generaciones de los justos permanecerán fieles a él. Después de eso otro hombre se pondrá de pie de entre (los fornicadores), y otro de los asesinos de niños, y otro de aquellos que duermen con hombres, y de aquellos que se abstienen, y del resto de la gente de la contaminación y la iniquidad y el error, y de aquellos que dicen “Somos como los ángeles”; ellos son las estrellas que traen todo a su conclusión. Porque se le ha dicho a las generaciones humanas: “Miren, Dios ha recibido su sacrificio de las manos de un sacerdote”, es decir, de un ministro del error. Pero es el Señor, el Señor del universo, quien ordena: “En el último día serán avergonzados”.

Jesús (les) dijo: “Dejen de sac (rificar...) que ustedes han (...) en el altar, porque ellos están sobre sus estrellas y sus ángeles y ya han llegado a su conclusión aquí. Déjenlos (...) ante ustedes, y déjenlos ir ( –aquí faltan como 15 renglones– ) generaciones (...). Un panadero no puede alimentar a toda la creación que está bajo el (cielo). Y (...) a ellos (...) y (...) a nosotros y (...).

Jesús les dijo: “Dejen de luchar contra mí. Cada uno de ustedes tiene su propia estrella y tod (os –aquí faltan como 17 renglones– ) en (...) que ha llegado a convertirse en (...primavera) porque el árbol (...) de este eón (...) por un tiempo (...) pero él ha venido a regar el paraíso de Dios, y la (generación) que durará, porque no sacrificará ni manchará el (camino de la vida de) esa generación, sino (...) por toda la eternidad.

Judas (le dijo: “Rabb) i, ¿qué clase de frutos produce esta generación?” Jesús dijo: “Las almas de todas las generaciones humanas morirán. Cuando estas personas, sin embargo, hayan completado el tiempo del reino y el espíritu las abandone, sus cuerpos morirán, pero sus almas estarán vivas, y serán llevadas a lo alto”.

Judas dijo: “¿Y qué harán el resto de las generaciones humanas?”

Jesús dijo: “Es imposible plantar la semilla en la (roca) y cosechar sus frutos. (Así es) también el camino (...) la generación (manchada...) y corruptible Sophia (...) la mano que ha creado a la gente mortal, para que sus almas suban a los reinos eternos de lo alto. (En verdad) les digo, (...) ángel (...) poder será capaz de ver que (...) aquellos a quienes (...) generaciones sagradas (...)”.

Y Jesús dijo esto, se fue.

Judas dijo: “Maestro, así como los has escuchado a todos ellos, ahora escúchame a mí también. Porque he tenido una gran visión”.

Cuando Jesús oyó esto, se rió y le dijo: “Tu, espíritu decimotercero, ¿por qué te esfuerzas tanto? Pero habla, y estaré acompañándote”.

Judas le dijo: “En la visión me vi a mí mismo mientras los doce discípulos me apedreaban y me perseguían (duramente). Y También llegué al lugar donde (...) tras de ti. Vi (una casa...) y mis ojos no podían (abarcar) su tamaño. Había grandes gentes rodeándola, y esa casa tenía un tejado de vegetación, y en medio de la casa estaba (una multitud –faltan aquí dos renglones– ) diciendo: “Maestro, llévame junto con esta gente”.

(Jesús) respondió y dijo: “Judas, tu estrella te ha extraviado”. Y continuó: “Ninguna persona que ha nacido mortal es digna de entrar a la casa que has visto, pues ese lugar está reservado para los santos. Ni el sol ni la luna gobernarán ahí, ni el día, pero lo santo siempre morará ahí, en el reino eterno con los santos ángeles. Mira, te he explicado los misterios del reino y te he enseñado sobre el error de las estrellas; y (...) enviarlo (...) en los doce eones”.

Judas dijo: “Maestro, podría ser que mi semilla está bajo el control de los que gobiernan?”

Jesús le contestó y le dijo: “Ven, para que yo ( –faltan dos renglones– ) pero que tu te lamentarás mucho cuando veas al reino y toda su generación”.

Cuando oyó esto, Judas le dijo: “¿Cuál es el bien que yo he recibido? Pues tu me has apartado de todas las generaciones.”

Jesús le contestó y dijo: “Tu te convertirás en el decimotercero, y serás maldecido por otras generaciones – y tu llegarás a gobernar sobre ellos. En los últimos días maldecirán tu ascendencia a la (generación) sagrada.”

Jesús dijo: “(Ven) para que te enseñe sobre los (secretos) que ninguna persona (ha) visto jamás. Porque existe un reino grande y sin fronteras, cuya extensión no ha visto ninguna generación de ángeles, y (en el que) hay (un Espíritu) grande e invisible,

que no ha visto el ojo de un ángel
que ningún pensamiento del corazón ha abarcado
y que nunca fue llamado por ningún nombre.

y ahí apareció una nube luminosa. Y dijo “Que exista un ángel para ser mi ayudante”. Un gran ángel, el Auto-generado, emergió de la nube. A causa de él, otros cuatro ángeles se formaron de otra nube, y se convirtieron en ayudantes del Auto-generado angélico. “Que (...) aparezca (...) y apareció (...). Y (creó) la primera luminaria para que reinara sobre él. Dijo: “Que los ángeles existan para servirlo”, y miríadas de ángeles sin número empezaron a existir. Dijo: “(Que) exista un eón iluminado”, y comenzó a existir. Creó a la segunda luminaria (para) reinar sobre él, junto con miríadas de ángeles sin número, para ofrecer servicio. Así es como creó al resto de los eones iluminados. Los hizo reinar sobre él y creó para ellos miríadas de ángeles sin número, para ayudarlos”.

“Adamas estaba en la primera nube luminosa que ningún ángel ha visto entre todos aquellos llamados “Dios”. Él (...) que (...) la imagen (...) y a la semejanza de (este) ángel. Hizo a la incorruptible (generación) de Seth aparecer (...) los doce (...) los veinticuatro (...). Hizo aparecer setenta y dos luminarias en la generación incorruptible, de acuerdo con la voluntad del Espíritu. Las mismas setenta y dos luminarias hicieron aparecer 360 luminarias en la generación incorruptible, de acuerdo con la voluntad del Espíritu, de modo que su número fuera cinco para cada una”.

“Los doce eones de las doce luminarias constituyen su padre, con seis cielos para cada eón, para que haya setenta y dos cielos para las setenta y dos luminarias, y por cada (una de ellas cinco) firmamentos, (para un total de) 350 (firmamentos...). Se les dio autoridad, (y después de eso también) espíritus vírgenes, para gloria y (adoración) de todos los eones y los cielos y sus firmamentos”.

“La multitud de esos inmortales se llama cosmos –es decir, perdición– por el Padre y las setenta y dos luminarias que están con el Auto-generado y sus setenta y dos eones. En él apareció el primer humano con sus poderes incorruptibles. Y el eón que apareció con su generación, el eón en el que están la nube del conocimiento y el ángel se llama El. (...) eón (...) después de eso (...) dijo: Que los doce ángeles reinen sobre el caos y el (inframundo). Y de la nube apareció un (ángel) cuyo rostro relampagueaba con fuego y cuya apariencia fue manchada con sangre. Su nombre era Nebro, que significa rebelde; otros le llamaban Yaldabaoth. Otro ángel, Saklas, también apareció de la nube. Y Nebro creó seis ángeles –y también Saklas– para ser ayudantes, y éstos produjeron doce ángeles en el cielo, cada uno recibiendo una porción en los cielos.

Los doce gobernantes hablaron con los doce ángeles: “Que cada uno de ustedes (...) y que (...) generación (falta un renglón) ángeles.

El primero es Seth, llamado Cristo.
El (segundo) es Harmathoth, llamado (...)
El (tercero) es Galila.
El cuarto es Yobel.
El quinto (es) Adonaios.

Estos son los cinco que reinaron sobre el inframundo, y primero sobre el caos.

Entonces Saklas dijo a sus ángeles: “Vamos a crear a un ser humano a semejanza y a imagen”. Moldearon a Adán y a su esposa Eva, que se llama, en la nube, Zoe. Porque por este nombre todas las generaciones buscan al hombre, y cada uno de ellos llama a la mujer con estos nombres. Y Sakla no (ordenó) excepto (...) las (generaciones...) este (...). Y el gobernante dijo a Adán: Vivirás muchos años con tus hijos.

Judas dijo a Jesús: “¿(Cuál) es la extensa duración de tiempo que vivirá el ser humano?” Jesús dijo: “¿Por qué te preguntas sobre estas cosas, que Adán, con su generación, ha vivido su plazo de vida en el sitio donde ha recibido su reino, con longevidad, con su gobernante?”

Judas dijo a Jesús: “¿Muere el espíritu humano?”
Jesús dijo: “Por eso Dios ordenó a Miguel dar los espíritus a las personas como préstamo, para que ofrecieran servicio, pero el Grande ordenó a Gabriel otorgar espíritus a la gran generación que no tiene gobernante, es decir, el espíritu y el alma. Por tanto, el (resto) de las almas (falta un renglón).

“(...) luz (faltan cerca de los renglones) alrededor (...) que (...) espíritu (que está) dentro de ustedes mora en esta (carne) entre las generaciones de los ángeles. Pero Dios hizo que el conocimiento fuera dado a Adán y a aquellos que estaban con él, para que el rey del caos y el inframundo no lo rigieran sobre ellos”.

Judas dijo a Jesús: “¿Y qué harán esas generaciones?”

Jesús dijo: “En verdad te digo, por todos ellos las estrellas hacen que se completen las cosas. Cuando Saklas complete el tiempo que se le ha asignado, su primera estrella aparecerá con las generaciones, y terminarán lo que dijeron que harían. Entonces fornicarán en mi nombre y matarán a sus hijos y ellos (...) y (faltan alrededor de seis y medio renglones) mi nombre y él (...) su estrella sobre el (decimotercer) eón”.

Después de eso, Jesús (se rió).

(Judas dijo): “Maestro, (¿por qué te ríes de nosotros?)”

(Jesús) respondió (y dijo): “No me estoy riendo (de ustedes), sino del error de las estrellas, porque estas seis estrellas vagan entre estos cinco combatientes, y ellas serán destruidas junto con sus criaturas”.

Judas dijo a Jesús: “¿Qué harán aquellos bautizados en tu nombre?”
Jesús dijo a Judas: “En verdad (te) digo, Judas, este bautismo (...) mi nombre ( –faltan cerca de nueve renglones– ) a mí. En verdad (te) digo, Judas, (aquellos que) ofrezcan sacrificios a Saklas (...) Dios ( –faltan tres renglones– ) todo lo que es maligno. Pero tu excederás a todos ellos. Porque tu sacrificarás al hombre que me reviste”.

Ya tu cuerno ha sido levantado
Tu furia ha sido suavizada
Tu estrella ha brillado intensamente
Y tu corazón ha (...)

“En verdad (...) tu último (...) llegado a ser ( –faltan cerca de dos renglones y medio– ), lamentan ( –faltan cerca de dos renglones– ) el que gobierna, porque éste será destruido. Y entonces la imagen de la gran generación de Adán será exaltada, porque antes que el cielo, la tierra y los ángeles, esa generación, que es de los reinos eternos, existe. Mira, ya se te ha dicho todo. Levanta tus ojos y mira a la nube y a la luz dentro de ella y a las estrellas que la rodean. La estrella que guía a las otras es tu estrella”.

Judas levantó sus ojos y vio la nube luminosa, y entró en ella. Aquellos que estaban en el suelo escucharon una gran voz que venía de la nube, diciendo (...) gran generación (...) imagen ( –faltan cerca de cinco renglones– ).

(...) Sus sumos sacerdotes murmuraban porque (él) había entrado en el cuarto de los invitados para hacer su oración. Pero algunos escribas vigilaban cuidadosamente para arrestarlo durante la oración, porque tenían miedo del pueblo, porque era considerado por todos como un profeta. Se acercaron a Judas y le dijeron: “¿Qué estás haciendo aquí? Tu eres un discípulo de Jesús”. Judas les respondió como ellos querían. Y recibió algo de dinero y se los entregó.

EL EVANGELIO DE JUDAS

viernes, 13 de noviembre de 2009

Evangelio secreto de marcos

La carta de Mar Saba

La supuesta carta de Clemente está dirigida a un seguidor suyo llamado Teodoro. Este último le habría interrogado acerca de los carpocracianos. Clemente asegura que el evangelio secreto de Marcos que utiliza esta secta ha sido falsificado por ellos, y para demostrarlo aduce dos pasajes del verdadero evangelio secreto de Marcos, que él afirma conocer. Explica que Marcos escribió dos evangelios: uno, el canónico, dirigido al común de los fieles, y otro, el secreto, escrito en Alejandría tras el martirio de Pedro y dirigido a aquellos espiritualmente más avanzados, conteniendo enseñanzas secretas. Éste sería el evangelio secreto de Marcos, según Clemente manipulado por los carpocracianos. A continuación Clemente cita dos pasajes de este evangelio, anotando que el primer fragmento citado se sitúa inmediatamente después de Marcos 10:34, y el segundo en 10:46. Continúa señalando que otros pasajes sobre los que Teodoro ha preguntado son falsificaciones, aunque no los cita. La carta se interrumpe abruptamente, en medio de la frase "Ahora, la verdadera interpretación conforme a la verdadera filosofía..."


El texto del evangelio secreto

Clemente cita únicamente dos fragmentos del evangelio secreto de Marcos, de los que indica su ubicación en relación con el Marcos canónico.


Primer fragmento

Según Clemente este fragmento debe situarse entre Marcos 10:34 y Marcos 10:35.

"Y llegaron a Betania, y había allí una mujer cuyo hermano había muerto. Llegó, se postró de rodillas ante Jesús y le dijo: 'Hijo de David, ten piedad de mí'. Pero los discípulos la reprendían. Jesús se enfadó y se fue con la mujer hacia el jardín donde estaba la tumba. Y al instante se oyó desde el sepulcro una gran voz; y acercándose Jesús hizo rodar la piedra de la puerta de la tumba. Y en seguida entró donde estaba el joven, extendió su mano y lo resucitó. Y el joven, mirando a Jesús, sintió amor por él y comenzó a suplicarle que se quedara con él. Y saliendo de la tumba, se fueron a la casa del joven, pues era rico. Y después de seis días le dio Jesús una orden; y cuando cayó la tarde vino el joven a Jesús, vestido con una túnica sobre el cuerpo desnudo. Y permaneció con él aquella noche, pues Jesús le enseñaba el misterio del reino de Dios. Y saliendo de allí se volvió a la otra ribera del Jordán.".
El añadido que los carpocracianos hacía a este fragmento era el siguiente: "estando desnudo con (el otro también) desnudo" (griego: gymnòs gymnô). No indica dónde se situaba este añadido, pero el único lugar lógico donde puede colocarse es después de "y permaneció con él aquella noche". El añadido de los carpocracianos parece entonces insinuar cierta práctica homosexual de Jesús mientras enseña al joven el misterio del reino de Dios. Clemente rechaza esta interpretación. Por otro lado, numerosos autores han señalado las analogías de este fragmento con el episodio de la resurrección de Lázaro (Juan 11:41-44).


Segundo fragmento

Este segundo texto está situado en medio de un versículo (10:46) del Marcos canónico en que realmente parece que falta algo. Marcos 10:46 dice: "Entonces vinieron a Jericó" e, inmediatamente después, "al salir de Jericó él, sus discípulos y una gran multitud [...]". Esta discontinuidad narrativa ha hecho pensar a autores como Helmut Koester y J. D. Crossan que el evangelio canónico de Marcos es en realidad una versión abreviada -o expurgada- del evangelio secreto. El texto es el siguiente:

"Y estaban allí la hermana del joven a quien amaba Jesús, y la madre de éste y Salomé; pero Jesús no las recibió.".

Evangelio italiano de bernabe

EL EVANGELIO DE BERNABÉ

(Fragmento italiano)

1. En el momento en que los judíos se preparaban para ir a capturar en el huerto de los Olivos a Jesús, éste fue arrebatado al tercer cielo.

2. Porque no morirá hasta el fin del mundo, y se crucificó a Judas en su lugar.

3. Dios permitió que el discípulo traidor pareciese a los judíos hasta tal punto semejante en su rostro a Jesús, que lo tomasen por él, y que, como a tal, lo entregasen a Pilatos.

4. Aquella semejanza era tamaña, que la misma Virgen María y los mismos apóstoles fueron engañados por ella.

5. Y, el día en que se publicó el decreto del Gran Sacerdote, la Virgen María volvió a Jerusalén con Jacobo, con Juan y conmigo.

6. Y, temerosa de Dios, y aun sabiendo que el decreto del Gran Sacerdote era injusto, ordenó a los que residían con ella que olvidasen a su Hijo, profeta tan santo, y muerto, sin embargo, con tanta ignominia.

7. Mas Dios, que conoce lo que pasa en el corazón de los hombres, comprendía que estábamos abrumados de dolor, a causa de la muerte de Judas, la cual mirábamos como la de Jesús mismo, nuestro maestro, y que experimentábamos el más vivo deseo de verlo, después de su resurrección.

8. He aquí por qué los ángeles que guardaban a la Virgen María subieron al tercer cielo, en que Jesús estaba acompañado de sus ángeles, y lo enteraron de lo que ocurría.

9. Entonces Jesús pidió a Dios que le diese medios de ver a su madre y a sus discípulos.

10. Y Dios, lleno de misericordia, ordenó a cuatro de sus ángeles más queridos, Gabriel, Miguel, Rafael y Uriel, que llevasen a Jesús a la casa de su madre, y que lo guardasen allí durante tres días consecutivos, no dejándolo ver por más personas que por las que creyesen en su doctrina.

11. Y Jesús, rodeado de esplendor, llegó a la habitación en que estaba la Virgen María, con sus dos hermanas, y Marta con María Magdalena, y Lázaro conmigo, y Juan con Jacobo y con Pedro. Y, al verlo, fuimos presa de tal pavor, que caímos todos al suelo como muertos.

12. Mas Jesús, levantando a su madre y a sus discípulos, dijo: No temáis, ni lloréis, porque vivo estoy, y no difunto, como habéis creído.

13. Y cada cual permaneció largo tiempo como fuera de sí, ante el asombro de ver a Jesús, a quien juzgaban muerto.

14. Y, con grandes gemidos, la Virgen exclamó: Te ruego, hijo mío, que me digas por qué, habiéndote dado Dios el poder de resucitar a los muertos, has sufrido la muerte tú, con gran vergüenza para tus parientes y para tus amigos, y con gran oprobio para tu doctrina, de suerte que todos los que te aman están como heridos de estupor y de agonía.

15. Mas Jesús, abrazando a su madre, repuso: Puedes creerme, madre mía, cuando afirmo que nunca he muerto, y que Dios me ha reservado hasta el fin del mundo.

16. Y, habiendo hablado así, ordenó a los cuatro ángeles que se dejasen ver, y que diesen testimonio del modo como las cosas habían ocurrido.

17. Y los ángeles aparecieron como cuatro soles deslumbrantes, y de nuevo todos los asistentes, presa de pavor, cayeron como muertos.

18. Entonces Jesús dio cuatro velos a los ángeles para que se cubriesen, y para que, de esta manera, su madre y sus discípulos pudiesen soportar su aspecto, y oírlos hablar.

19. Y, animándolos a ello, dijo: He aquí a los ministros de Dios. Gabriel anuncia los secretos divinos. Miguel combate a los enemigos del Altísimo. Rafael recibe las almas de los muertos. Uriel, en el último día, llamará a juicio a todos los hombres.

20. Y los ángeles contaron a la Virgen lo que Dios les había mandado, y cómo Judas había sufrido una transformación para que sufriese la pena que había querido infligir a otro.

21. Y yo, Bernabé, dije a Jesús: ¿Me permitirás, oh maestro, dirigirte una pregunta, como cuando habitabas entre nosotros?

22. Y Jesús repuso: Pregunta, Bernabé, todo lo que quieras, y te responderé.

23. Y yo inquirí: Maestro, puesto que Dios es misericordioso, ¿por qué nos ha atormentado así, y por qué ha consentido que creyésemos que había muerto, mientras tu madre te lloraba hasta el punto de hallarse muy cerca de morir también? Y a ti, que eres el Santo de Dios, ¿cómo éste te ha dejado expuesto a la infamia de morir sobre el Calvario, entre dos ladrones?

24. Y Jesús contestó: Créeme, Bernabé. Siendo Dios la pureza misma, no puede ver en sus servidores la menor falta, que no castigue severamente. Y, como mi madre y mis discípulos me amaban con un afecto demasiado terrestre y humano, Dios, que es justo, ha querido castigar este afecto en el mundo mismo, y no hacerlo expiar por las llamas del infierno. Aunque yo hubiese llevado en la tierra una vida inocente, no obstante, como los hombres me habían llamado Dios e Hijo de Dios, mi Padre, no queriendo que fuese, en el día del juicio, un objeto de burla para los demonios, prefirió que fuese en el mundo un objeto de afrenta por la muerte de Judas en la cruz, y que todos quedasen persuadidos de que yo había sufrido este suplicio infamante. Y esa afrenta durará hasta la muerte de Mahoma, que, cuando venga al mundo, sacará de semejante error a todos los que creen en la ley de Dios.

Fuente: Los Evangelios Apócrifos, por Edmundo González Blanco

Epistola de Bernabe

EPÍSTOLA DE BERNABE

Saludo

I 1. Salud en la paz, hijos e hijas, en el nombre del Señor que nos ha amado.

Motivo y objeto de la carta

2. Como sean tan grandes y ricas las justificaciones de Dios para con vosotros, yo me regocijo, sobre toda otra cosa y por todo extremo, en vuestros l)ienaVenturados y gloriosos espíritus, pues de Él habéis recibido la semilla plantada en vuestras almas, el don de la gracia espiritual.

3. Por lo cual, aun me congratulo más a mi mismo con la esperanza de salvarme, pues verdaderamente contemplo entre vosotros cómo el Señor, que es rico en caridad, ha derramado su Espíritu sobre vosotros. Hasta tal punto me conmovió, estando entre vosotros, vuestra vista tan anhelada.

4. Como quiera, pues, que estoy convencido y siento íntimamente que, habiéndoos muchas veces dirigido mi palabra, sé que anduvo conmigo el Señor en el camino de la justicia, y me veo también yo de todo punto forzado a amaros más que a mi propia vida, pues gran. de es la fe y la caridad que habita en vosotros por la esperanza de su vida; 5. considerando, digo, que de tomarme yo algún cuidado sobre vosotros para comunicaros alguna parte de lo mismo que yo he recibido, no ha de faltarme la recompensa por el servicio prestado a espiritus como los vuestros, me he apresurado a escribiros brevemente, a fin de que, juntamente con vuestra fe, tengáis perfecto conocimiento.

Síntesis de la vida cristiana

6. Ahora bien, tres son los decretos del Señor: la esperanza de la vida, que es principio y fin de nuestra fe, y la justicia, que es principio y fin del juicio; el amor de la alegría y regocijo, que son el testimonio de las obras de la justicia. 7. En efecto, el Dueño, por medio de sus profetas, nos dió a conocer lo pasado y lo presente y nos anticipó las primicias del goce de lo por venir. Y pues vemos que una tras otra se cumplen las cosas como Él las dijo, deber nuestro es adelantar, con más generoso y levantado espíritu, en su temor. 8. Por lo que a mí toca, no como un maestro, sino como Uno de entre vosotros, quiero poner a vuestra consideración unos pocos puntos, por los que os alegraréis en la presente situación.

Tiempos difíciles. Contra los sacrificios judíos

II 1. Como quiera, pues, que los días son malos y el poder está en manos del Activo mismo, deber nuestro es, atendiendo a nosotros mismos, inquirir las justificaciones del Señor.

2. Ahora bien, auxiliares de nuestra fe son el temor y la paciencia, y aliados nuestros la largueza de alma y la continencia.

3. Como estas virtudes estén firmes en todo lo atañedero al Señor santamente, regocíjanse con ellas la sabiduría, la inteligencia, la ciencia y el conocimiento.

4. En efecto, el Señor, por medio de todos sus profetas, nos ha manifestado que no tiene necesidad ni de sacrificios ni de holocaustos ni de ofrendas, diciendo en una ocasión:

5. ¿Qué se me da a mi de la muchedumbre de vuestros sacrificios?—dice el Señor—. Harto estoy de vuestros holocaustos y no quiero el sebo de vuestros corderos ni la sangre de los toros y machos cabríos, ni aun cuando vengáis a ser vistos de mí. Porque ¿quién requirió todo eso de vuestras manos? No quiero que volváis a pisar mi atrio. Si me trajereis la flor de la harina, es cosa vana; vuestro incienso es para mí abominación; vuestros novilunios y vuestros sábados no los soporto.

La ofrenda cristiana no hecha por mano de hombre

6. Ahora bien, todo eso lo invalidó el Señor, a fin de que la nueva ley de nuestro Señor Jesucristo, que no está sometida al yugo de la necesidad, tenga una ofrenda no hecha por mano de hombre. 7. Y así dice de nuevo a ellos: ¿Acaso fui yo quien mandé a vuestros padres, cuando salían de la tierra de Egipto, que me ofrecieran holocaustos y sacrificios? 8. ¿0 no fué más bien esto lo que les mandé, a saber: que ninguno de vosotros guarde en su corazón rencor contra su hermano y que no amarais el falso juramento?

9. Debemos, por tanto, comprender, no cayendo en la insensatez, la sentencia de la bondad de nuestro Padre, porque con nosotros habla, no queriendo que nosotros, andando extraviados al modo de aquéllos, busquemos todavía cómo acercarnos a Él. 10. Ahora bien, a nos otros nos dice de esta manera: Sacrificio para Dios es un corazón contrito; olor de suavidad al Señor, un corazón que glorifica al que le ha plasmado.

Debemos, por ende, hermanos, andar con toda diligencia en lo que atañe a nuestra salvación, no sea que el maligno, logrando infiltrársenos por el error, nos arroje, como la piedra de una honda, lejos de nuestra vida.

El ayuno acepto a Dios

III 1. Díceles, pues, otra vez acerca de estas cosas:

¿Para qué me ayunáis, de modo que hoy sólo se oyen los gritos de vuestra voz? No es éste el ayuno que yo me escogí—dice el Señor—no al hombre que humillo su alma. 2. Ni aun cuando dobléis como un aro vuestro cuello y vistáis de saco y os acostéis sobre ceniza, ni aun así lo llaméis ayuno aceptable.

3. A nosotros, empero, nos dice: He aquí el ayuno que me elegí—dice el Señor—: No al hombre que humilla su alma, sino: Desata toda atadura de iniquidad, rompe las cuerdas de los contratos violentos, despacha a los oprimidos en libertad y rasga toda escritura inicua. Rompe tu pan con los hambrientos y, si vieres a un desnudo, vístelo; recoge en tu casa a los sin techo; si vieres a un humilde, no le desprecies, ni te apartes de los de tu propia sangre. 4. Entonces tu luz romperá matinal, y tus vestidos resplandecerán rápidamente, y la justicia caminará delante de ti, y la gloria de Dios te cubrirá. 5. Entonces gritarás y Dios te escuchará; cuando aun estés hablando, dirá: Heme aquí presente, a condición que quites de ti la atadura y la mano levantada y la palabra de murmuración y des de corazón tu pan al hambriento y hayas lástima del alma humillada.

6. En conclusión, hermanos, mirando anticipadamente el Señor longánirne que el pueblo que preparó en su Amado había de creer con sencillez, anticipadamente nos lo manifestó todo, a fin de que no vayamos como prosélitos a estrellarnos en la ley de aquéllos.

Huyamos de toda maldad, porque se acerca el fin de los tiempos

IV 1. Así, pues, es preciso que, escudriñando muy despacio lo presente, inquiramos las cosas que pueden salvarnos. Huyamos, por ende, de modo absoluto de todas las obras dc la iniquidad, a fin de que jamás las obras de la iniquidad se apoderen de nosotros y aborrezcamos el extravío del tiempo presente, a fin de ser amados en el por venir. 2. No demos suelta a nuestra propia alma, de suerte que tenga poder para correr juntamente con los pecadores y los malvados, no sea que nos asemejemos a ellos. 3. El escándalo consumado está cerca, aquel del que está escrito, corno dice Henoch; pues el Dueño abrevió los tiempos y los días, a fin de que se apresure su Amado y venga a su heredad. 4. Además, el profeta dice así: Diez reinos reinarán sobre la tierra y tras ellos se levantará un rey pequeño que humillará de un golpe a tres reyes. 5. Igualmente, Daniel dice sobre lo mismo: Y vi la cuarta bestia, mala y fuerte, y más fiera que todas las otras bestias de la tierra, y cómo de ella brotaban diez cuernos y de ellos un cuerno pequeño, como un retoño, y cómo éste humilló de un golpe a tres de los cuernos mayores. 6. Ahora bien, obligación nuestra es comprender.

La alianza es nuestra

Además, os ruego una cosa, como uno de vosotros que soy y que particularmente os amo a todos más que a mi propia alma, y es que atendáis ahora a vosotros mismos y no os asemejéis a ciertas gentes, amontonando pecados a pecados, gentes que andan diciendo que la Alianza es de aquéllos y nuestra. Nuestra, ciertamente; pero aquéllos la perdieron en absoluto del modo que diré, después de haberla ya recibido Moisés. 7. Dice, en efecto, la Escritura: Y estaba Moisés en el monte, ayunando por espacio de cuarenta dias y de cuarenta noches, y recibió la Alianza de parte del Señor, las tablas de piedra, escritas por el dedo de la mano del Señor. 8. Mas, corno ellos se volvieron a los ídolos, la destruyeron. Dice, en efecto, el Señor de esta manera: Moisés, Moisés, baja a toda prisa, pues ha prevaricado tu pueblo, los que sacaste de la tierra de Egipto. Y Moisés lo entendió y arrojó de sus manos las dos tablas e hízose pedazos la Alianza de ellos, a fin de que la de su Amado, Jesús, quedara sellada en nuestro corazón en la esperanza de su fe.

No basta poseer la Alianza: La reprobación de Israel, aviso para el pueblo cristiano

9. Muchas cosas quería escribiros, no como maestro, sino comoo dice con quien gusta no faltar en lo que tenemos; de ahí que me apresuré a escribiros, aun siendo escoria vuestra. Por lo tanto, atendamos a los últimos días, pues de nada nos servirá todo el tiempo de nuestra fe, si ahora, en el tiempo inicuo y en los escándalos que están por venir, no resistimos como conviene a hijos de Dios, a fin de que el Negro no se nos infiltre.

10. Huyamos de toda vanidad; odiemos absolutamente las obras del mal camino. No viváis solitarios, replegados en vosotros mismos, como si ya estuvierais justificados, sino, reuniéndoos en un mismo lugar, inquirid juntos lo que a todos en común conviene.

11. Porque dice la Escritura: ¡Ay de los prudentes para si mismos y de los sabios ante sí mismos. Hagámonos espirituales, hagámonos templo perfecto para Dios. En cuanto esté en nuestra mano, meditemos el temor de Dios y luchemos por guardar sus mandamientos, a fin de regocijarnos en sus justificaciones.

12. El Señor juzgará al mundo sin acepción de personas: Cada uno recibirá conforme obró. Si el hombre fué bueno, su justicia marchará delante de él; si fuere malvado, la paga de su maldad irá también delante de él. 13. Recordémoslo, no sea que, echándonos a descansar como llamados, nos durmamos en nuestros pecados, y el príncipe malo, tomando poder sobre nosotros, nos empuje lejos del reino del Señor.

14. Además, hermanos mios, considerad este punto: cuando estáis viendo que, después de tantos signos y prodigios sucedidos en medio de Israel y que, sin embargo, han sido de este modo abandonados, andemos alerta, no sea que, como está escrito, nos encontremos muchos llamados y pocos escogidos.

La Gracia de la Redención

V 1. Porque el Señor soportó entregar su carne a la destrucción, a fin de que fuéramos nosotros purificados por la remisión de nuestros pecados, lo que se nos concede por la aspersión de su sangre. 2. Acerca de esto, efectivamente, está escrito, parte que se refiere a Israel, parte a nosotros, y dice así: Fué herido por nuestras iniquidades y debilitado por nuestros pecados: Con su llaga fuimos nosotros sanados. Fué conducido como oveja al matadero y como cordero estuvo mudo delante del que le trasquila.

3. Por tanto, tenemos deber de dar sobremanera gracias al Señor, porque nos dió a conocer lo pasado, nos instruyó acerca de lo presente y no estamos sin inteligencia para lo por venir. 4. Y así dice la Escritura: No se tienden injustamente las redes a los volátiles. Lo cual quiere decir que con razón se perderá el hombre que, teniendo conocimiento del camino de la justicia, se precipita a si mismo por el caniino de las tinieblas.

Por qué sufre el Señor en su carne

5. Consideremos, otrosí, este punto, hermanos míos: Si es cierto que el Señor se dignó padecer por nuestra alma, siendo como es Señor de todo el universo, a quien dijo Dios desde la constitución del mundo: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra, ¿cómo, digo, se dignó padecer bajo la mano de los hombres? Aprendedlo. 6. Los profetas, teniendo como tenían de Él la gracia, con miras a Él profetizaron. Ahora bien, Él, para destruir la muerte y mostrar la resurrección, toda vez que tenía que manifestarse en carne, 7. sufrió primero para cumplir la promesa a los padres, y luego, a par que se preparaba Él mismo para si un pueblo nuevo, para demostrar, estando sobre la tierra, que después de hacer Él mismo la resurrección, juzgará. 8. Por fin, predicó, enseñando a Israel y haciendo tan grandes prodigios y señales, con lo que le mostró su excesivo amor. 9. Y cuando se escogió a sus propios Apóstoles, los que habian de predicar su Evangelio, hombres ellos injustos respecto a la ley sobre todo pecado—a fin de mostrar que no vino a llamar a los justos, sino a los pecadores—, entonces fué cuando puso de manifiesto que era Hijo de Dios. 10. Porque de no haber venido en carne, tampoco hubieran los hombres podido salvarse mirándole a Él. como quiera que mirando al sol, que al cabo está destinado a no ser, como obra que es de sus manos, no son capaces de fijar los ojos en sus rayos. 11. En conclusión, el Hijo de Dios vino en carne a fin de que llegara a su colmo la consumación de los pecados de quienes persiguieron de muerte a sus profetas. 12. Luego para ese fin sufrió. Dice Dios, en efecto, que la haga de su carne procede de ellos: Cuando hirieren a su propio pastor, entonces perecerán las ovejas del rebaño.

13. Ahora bien, Él mismo fué quien quiso así padecer, pues era preciso que sufriera sobre el madero. Dice, en efecto, el que profetiza acerca de Él: Perdona a mi alma de la espada. Y: Traspasa con un clavo mis carnes, porque las juntas de malvados se levantaron contra mi.

14. Y otra vez dice: He aquí que puse mi espalda para los azotes y mis mejillas para las bofetadas; pero mi rostro lo puse como una dura roca.

Preludios de la Pasión del Señor

VI 1. Ahora bien, ¿qué dice cuando hubo cumplido el mandamiento? ¿Quién es el que me juzga? Póngase frente a mí. ¿Quién es el que se justifica en mi presencia? Acérquese al siervo del Señor.

2. ¡Ay de vosotros, porque todos habéis de envejecer como un vestido y la polilla os consumirá. Y otra vez dice el profeta, una vez que fué puesto Jesús como roca fuerte para despedazamiento: Mira que voy a echar en los cimientos de Sión una piedra de mucho valor, escogida, angular, preciosa. 3. ¿Qué dice después? Y el que esperare en ella, vivirá para siempre. Luego ¿nuestra esperanza estriba sobre una piedra? De ninguna manera. Lo que significa es que el Señor puso su carne en fortaleza. Pues dice: Y púsome como una roca dura.

4. Pero dice de nuevo el profeta: La piedra que desecharon los constructores vino a ser cabeza de ángulo. Y otra vez dice: Este es el día grande y maravilloso que hizo el Señor.

5. Os escribo con demasiada sencillez, a fin de que entendáis, yo, que soy sólo barredura de vuestra caridad. 6. ¿Qué sigue, pues, diciendo el profeta? Me rodeó la junta de los malvados; cercáronme como abejas al panal. Y: Sobre mi vestidura echaron suerte.

7. Como quiera, pues, que había el Señor de manifestarse y sufrir en la carne, fué de antemano mostrada su pasión. Dice, en efecto, cl profeta contra Israel: ¡Ay dcl alma de ellos, pues han tramado designio malo contra si mismos! Atemos al justo, porque nos es molesto.

Nuestra renovación íntima, fruto de la Pasión del Señor

8. ¿Qué les dice el otro profeta, Moisés?

He aquí lo que dice el Señor Dios: Entrad en la tierra buena, que el Señor juró dar a Abraham, Isaac y Jacob, y poseedla en herencia, tierra que mana leche y miel.

9. ¿Qué dice el conocimiento? Aprendedlo: "Esperad —dice—en Jesús, que ha de manifestárseos en carne. El hombre, en efecto, no es sino un pedazo de tierra que sufre, pues de la haz de la tierra fué plasmado Adán. 10. Ahora bien, ¿qué quiere decir lo de tierra que mana leche y miel? Bendecido sea el Señor nuestro, hermanos, por haber puesto en nosotros sabiduría e inteligencia de sus secretos. El profeta, en efecto, nos pone una parábola del Señor. ¿Quién lo entenderá, sino el sabio e inteligente y que ama a su Señor? 11. Ahora bien, ello significa que, habiéndonos renovado por el perdón de nuestros pecados, hizo de nosotros una forma nueva, hasta el punto de tener un alma de niños, como que de veras nos ha plasmado Él de nuevo.

12. Y, en efecto, la Escritura dice de nosotros lo mismo que Dios dijo’a su Hijo: Hagamos al hombre a imagen y semejanza nuestra, y tenga imperio sobre las bestias de la tierra y sobre las aves del cielo y sobre los peces del mar. Y dijo después de contemplada la hermosa figura nuestra: Creced y multiplicaos y henchid la tierra. Todo eso a su Hijo.

13. Mas también te demostraré cómo nos lo dice a nosotros. La segunda creación la cumplió en los últimos tiempos, pues dice el Señor: He aquí que hago lo último como lo primero. Luego en relación con esto predicó el profeta: Entrad en la tierra que mana leche y miel y enseñorearos de ella.

14. Siguese, por tanto, que nosotros somos los plasmados de nuevo, al modo como, a su vez, lo dice en otro profeta: Mira—dice el Señor—que voy a quitar de éstos, es decir, de aquellos que antevió el Espíritu del Señor, los corazones de piedra y les meteré dentro corazones de carne. Y es que Él había de manifestarse en carne y habitar en nosotros.

15. Y, en efecto, hermanos míos, templo santo es para el Señor la morada de nuestro corazón. 16. Porque dice otra vez el Señor: ¿Y en qué seré visto por el Señor mi Dios y seré glorificado? Dice: Te confesaré en la reunión de mis hermanos y te cantaré himnos en medio de la congregacion de los santos. Luego nosotros somos los que introdujo en la tierra buena.

17. Pues ¿qué quiere decir la leche y la miel? Es que el niño se cría primero con miel y luego con leche; consiguientemente, de esta manera también nosotros, criados con la fe de la promesa y con la palabra divina, viviremos señoreando la tierra. 18. Ya lo dijo más arriba: Y crezcan y multipliquense y manden sobre los peces. Ahora bien, ¿quién es ahora capaz de mandar sobre la tierra o sobre los peces o sobre las aves del cielo? Porque debemos darnos cuenta que mandar es asunto de potestad. que implica dominar con imperio. 19. Ahora bien, si es cierto que ahora no se cumple eso, luego a nosotros se nos ha dicho cuándo se cumplirá: cuando también nosotros alcancemos punto tal de perfección que vengamos a ser herederos de la Alianza del Señor.

El Macho cabrío emisario, símbolo de la Pasión del Señor

VII 1. Asi, pues, considerad, hijos de la alegría, cómo el Señor bueno nos lo ha manifestado todo de antemano, para que sepamos a quién debernos alabar con acciones de gracia por todo. 2. Ahora bien, si el Hijo de Dios, Señor que es y que ha de juzgar a los vivos y a los muertos, padeció para que su herida nos vivificara a nosotros, creamos que el Hijo de Dios no podía sufrir sino por causa nuestra. 3. Es más, clavado ya en la cruz, fué abrevado con vinagre y hiel. Escuchad cómo de antemano mostraron este pormenor los sacerdotes del templo. Como está escrito el precepto: El que no ayunare el ayuno, sea exterminado con muerte; la razón de mandarlo el Señor fué porque Él había de ofrecer en sacrificio por nuestros pecados el vaso del Espíritu y cumplir a la par la figura de Isaac ofrecido sobre el altar. 4. Ahora bien, ¿qué dice en el profeta? Y coman del macho cabrío ofrecido durante el ayuno por todos los pecados.

Atended cuidadosamente: Y coman los sacerdotes solos y todos el intestino sin lavar con vinagre. 5. ¿Con qué fin? "Pues vosotros sois los que me habéis de abrevar un día con hiel mezclado de vinagre, a mi, que he de ofrecer mi carne por los pecados de mi pueblo nuevo; comed vosotros solos, mientras el pueblo ayuna y se golpea el pecho en saco y ceniza." Para demostrar que Él había de sufrir mucho de parte de ellos.

6. Atended a lo que mandó: Tomad dos machos cabrios, hermosos e iguales, y ofrecedlos en sacrificio, y tome al uno el sacerdote en holocausto. 7. ¿Y qué harán del otro? Maldito—dice la Escritura—es el otro. Atended cómo se manifiesta aquí la figura de Jesús: 8. Y escupidle todos y pinchadle y poned en torno a su cabeza la lana purpúrea y de este modo sea arrojado al desierto. Y cumplido esto, el que lleva el macho cabrío lo conduce al desierto, le quita la lana y la coloca sobre un arbusto llamado zarza, cuyos frutos solemos comer cuando los hallamos en el campo. De ahí resulta que sólo los frutos de la zarza son dulces.

9. Ahora bien, ¿qué quiere decir todo esto? Atended: El uno puesto sobre el altar y el otro maldecido. Y justamente el maldecido es el coronado; es que entonces, en aquel día, le verán llevando el manto de púrpura sobre su carne y dirán: "¿No es éste a quien nosotros un día crucificamos, después que le hubimos menospreciado, atravesado y escupido? Verdaderamente, éste era el que entonces decía ser el Hijo de Dios. 10. Porque ¿cómo semejante a aquél? Para esto dijo ser los machos cabrios semejantes, hermosos, iguales, para que, cuando le vean venir entonces, se espanten de la semejanza del macho cabrio. En conclusión, ahí tienes al macho cabrio, figura de Jesús, que tenía que sufrir.

11. ¿Y por qué motivo pone la lana en medio de las espinas? He ahí otra figura de Jesús puesta para la Iglesia; porque el que quiere coger la lana purpúrea, no tiene otro remedio que sufrir mucho por lo terrible que son las espinas, y tras la tribulación apoderarse de ella. "Así—dice el Señor—, los que quisieren verme y alcanzar mi reino, han de pasar por tribulaciones y sufrimientos antes de apoderarse de mí."

La novilla roja y su simbolismo

VIII 1. ¿Y qué figura pensáis representa el que se mande a Israel ofrecer a los hombres que tienen peeados consumados una novilla y, después de sacrificada, quemarla completamente y tomar entonces los siervos la ceniza y depositarla en unos vasos, y poner sobre un madero la lana purpúrea y el hisopo (ahí tienes otra vez la figura de la cruz y la lana purpúrea), y de esta manera rocían los siervos uno por uno a todo el pueblo, a fin de purificarse de sus pecados? 2. Considerad cómo en sencillez nos lo dice a nosotros: El novillo es Jesús; los hombres pecadores que lo ofrecen son los que le condujeron a la muerte; después ya no son hombres, ya no es la gloria de los pecadores. 3. Los siervos que rocían son los que nos trajeron la buena noticia del perdón de nuestros pecados y la purificación del corazón; aquéllos, digo, a quienes dió el Señor el poder del Evangelio, los cuales eran doce para testimonio de las tribus (pues doce son las tribus de Israel), para pregonarlo. 4. Mas ¿por qué motivo son tres los siervos que rocían? Para atestiguar que Abraham, Isaac y Jacob son grandes delante de Dios. 5. ¿Y qué significa que la lana se ponga sobre el madero? Que el reino de Jesús está sobre el madero y que los que esperen en Él vivirán para siempre. 6. Mas ¿por qué se ponen juntos la lana y el hisopo? Porque en su reino habrá días malos y sucios, en que nosotros nos salvaremos, pues el que padece en su carne se cura por el jugo del hisopo. 7. Y por eso, las cosas así practicadas resultan claras para nosotros; para aquellos, en cambio, siguen oscuras por no haber oído la voz del Señor.

La verdadera circuncisión: la de los oídos y la del corazón

IX 1. En efecto, dice otra vez sobre los oídos, cómo circuncidó nuestro corazón. Dice el Señor en el profeta: En oído de oreja me obedecieron. Y otra vez dice: Con oído oirán los que están lejos, y conocerán lo que yo hice. Y: Circuncidad—dice el Señor—vuestros corazones. 2. Y otra vez dice: Escucha, Israel, porque esto dice el Señor Dios tuyo. Y de nuevo el Espíritu del Señor profetiza: ¿Quién es el que quiere vivir para siempre? Con oído oiga la voz de mi siervo. 3. Y otra vez dice: Escucha, cielo, y tú, tierra, presta oídos, porque el Señor ha hablado esto para testimonio. Y dice de nuevo: Oíd la voz del Señor, príncipes de este pueblo. Y dice otra vez: Escuchad, liijos, la voz que grita en el desierto.

4. En conclusión, circuncidó nuestros oídos, a fin de que, oída la palabra, creamos nosotros. Por lo demás, la misma circuncisión, en que ponen su confianza, está anulada; porque el Señor habló de que se practicara una circuncisión, pero no de la carne. Mas ellos transgredieron su mandamiento, pues un ángel malo los engañó. 5. Díceles a ellos: Esto dice el Señor Dios nuestro (aquí hallo yo el mandamiento): No sembréis sobre las espinas; circuncidaos para vuestro Señor. ¿Y qué quiere decir: Circuncidad la dureza de vuestro corazón y no endurezcáis vuestro cuello? Toma ahora, otrosí: He aquí—dice el Señor—que todas las naciones son incircuncisas de prepucio; mas este pueblo es incircunciso de corazón.

6. Pero diréis: Es que el pueblo se circuncida para sello. Mas también—te contestaré—se circuncidan los sirios y los árabes y todos los sacerdotes de los ídolos; finalmente, también los egipcios usan la circuncision.

7. Así, pues, hijos del amor, aprended Copiosamente acerca de todo esto: Abraham, que fué el primero en practicar la circuncisión, circuncidó a los de su casa mirando anticipadamente en espíritu hacia Jesús, tomando los símbolos de tres letras. 8. Dice, en efecto, la Escritura: Y circuncidó Abraham de su casa a trescientos dieciocho hombres. Ahora bien, ¿cuál es el conocimiento que le fué dado? Atended que pone primero los dieciocho y, hecha una pausa, los trescientos. El dieciocho se compone de la I, que vale diez, y la H, que representa ocho. Ahí tienes el nombre de IHSOUS. Mas como la cruz había de tener la gracia en la figura de la T, dice también los trescientos. Consiguientemente, en las dos primeras letras significa a Jesús, y en otra, la cruz. 9. Sábelo Aquel que pone en nosotros la dádiva ingénita de su enseñanza: Nadie aprendió de mí más genuina palabra; pero yo sé que vosotros sois dignos de ello.

Los animales impuros y su simbolismo

X 1. Y lo que Moisés dijo: No comeréis cerdo ni águila, ni gavilán ni cuervo, ni pez alguno que no tenga escamas, no es sino que tomó tres símbolos en inteligencia. 2. Por lo demás, díceles en el Deuteronomio: Y estableceré con este pueblo mío justificaciones. Luego no está el mandamiento del Señor en no comer, sino que Moisés habló en espíritu.

3. Ahora bien, el cerdo lo dijo por lo siguiente: "No te juntarás—dice—-con hombres tales que son semejantes a los cerdos; es decir, que cuando lo pasan prósperamente, se olvidan del Señor, y cuando se ven necesitados, reconocen al Señor, al modo que el cerdo, cuando come, no sabe de su señor; mas cuando tiene hambre, gruñe y, una vez que toma su comida, vuelve a callar.

4. Tampoco comerás el águila, ni el gavilán, ni el milano, ni el cuervo. No te juntarás—dice—ni te asemejarás a hombres tales, que no saben produrarse el alimento por medio del trabajo y del sudor, sino que arrebatan en su iniquidad lo ajeno, y acechan como si anduvieran en sencillez, y miran por todas partes a quién despojar por medio de su avaricia, al modo que estas aves son las únicas que no se procuran a si mismas su alimento, sino que, posadas ociosamente, buscan la manera de devorar las carnes ajenas, siendo perniciosas por su maldad.

5. Y no comerás—dice—la morena ni el pólipo ni la sepia. No te asemejarás—díce, juntándote con ellos, a hombres tales, que son impíos hasta el cabo y están ya condenados a muerte, al modo que estos peces, que son los únicos maldecidos, se revuelcan en el fondo del mar y no nadan como los otros, sino que habitan en la tierra del fondo.

6. Mas tampoco comerás liebre. ¿Por qué? No serás corruptor ni te asemejarás a los tales. Porque la liebre multiplica cada año su ano, pues cuantos años vive, tantos agujeros tiene.

7. Mas tampoco comerás la hiena. No serás—dice— adúltero ni corruptor, ni te asemejarás a los tales: ¿Por qué? Porque este animal cambia cada año de sexo y una vez se convierte en macho y otra en hembra.

8. Mas también tuvo razón de abominar de la ardilla. No serás—dice—tal cuales oímos que son los que cometen, por la impureza, iniquidad en su boca, ni te unirás con las mujeres impuras que cometen la iniquidad en su boca. Porque este animal concibe por la boca.

9. En conclusión, tomando Moisés tres símbolos so bre los ahimentos, así habló en espiritu mas ellos lo entendieron, conforme al deseo de la carne, como si se tratara de la comida. 10. De esos tres mismos símbolos toma también David conocimiento, y dice igualmente: Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de impíos, al modo como peces nadan entre tinieblas en las profundidades del mar; y en el camino de los pecadores no se detuvo, al modo de algunos que aparentan temer al Señor y pecan como el cerdo, y sobre silla de Pestilencia no sesentó, al modo de las aves apostatadas para la rapiña. Ahí tenéis perfectamente lo que atañe a la comida.

11. Dice otra vez Moisés: Comerás todo animal de pezuña partida y que rurnia. ¿Qué quiere decir? El que toma el alimento, conoce al que le alimenta y, refocilando en él, parece alegrarse. Bellamente lo dijo con miras al mandamiento. ¿Qué es, pues, lo que dice? Juntaos con los que temen al Señor, con los que meditan en su corazón el precepto de la palabra que recibieron, con los que hablan y observan las justificaciones del Señor, con los que saben que la meditación es obra de alegría y rumian la palabra del Señor.

¿Y qué significa la pezuña partida? Que el justo camina en este mundo y juntamente espera el siglo santo. Mirad cuán hermosamente legisló Moisés. 12. Mas ¿de dónde pudiera venirles a aquéllos entender y comprender estas cosas? Mas nosotros, entendiendo, como es justo, los mandamientos, hablamos tal como quiso el Señor; pues para que esto entendamos, circuncidó nuestros oídos y corazones.

Los simbolos del bautizmo y la cruz

XI 1. Mas inquiramos si tuvo el Señor interés en manifestarnos anticipadamente algo acerca del agua y de la cruz. Ahora bien, acerca del agua se dice contra Israel cómo no habían de aceptar el bautismo, que trae la remisión de los pecados, sino que se construirían otros lavatorios para sí mismos. 2. Dice, en efecto, el profeta: Pásmate, oh cielo, y ericese aún más sobre esto la tierra: Dos males ha hecho mi pueblo: A mi me abandonaron, fuente de vida, y para sí se cavaron pozo de muerte. 3. ¿Acaso es una roca desierta mi monte santo de Sinaí? Porque seréis como los polluelos de un ave, que se echan a volar cuando se les quita el nido.

4. Y otra vez dice el profeta: Yo mandaré delante dc ti, y allanaré las montañas, y haré pedazos las puertas de bronce y añicos los cerrojos de hierro, y te daré tesoros sombríos, escondidos, invisibles, para que sepas que yo soy el Señor. Y: Habitará en la cueva elevada de la peña fuerte. 5. Y: El agua suya, fiel; veréis al rey con gloria y vuestra alma meditará el temor del Señor. 6. Y de nuevo dice en otro profeta: El que esto hiciere, será como árbol plantado a par de la corriente de las aguas, que dará su fruto a debido tiempo, y su hoja no caerá, y todo cuanto hiciere prosperará. 7. No así los impíos, no así, sino como el tamo, que esparce el viento de sobre la haz de la tierra. Por lo cual, no se levantarán los impíos en el juicio, ni los pecadores en el consejo de los justos; porque el Señor conoce el camino de los justos y perecerá el camino de los impíos.

8. Daos cuenta cómo definió en uno el agua y la cruz. Pues lo que dice es esto: Bienaventurados quienes, habiendo puesto su confianza en la cruz, bajaron al agua; porque su recompensa dice que será en el tiempo debido. Entonces—dice—daré la paga. Lo que luego añade sobre que las hojas no caerán significa que toda palabra que saliere de vuestra boca en fe y caridad, será para conversión y esperanza de muchos.

9. Además, otro profeta dice: Y era la tierra de Israel celebrada sobre toda otra tierra. Lo que quiere decir: El Señor glorifica el vaso de su Espíritu. 10. ¿Qué dice seguidamente? Y el río fluía por la derecha y brotaban de él hermosos árboles; y quien comiere de ellos vivirá para siempre. 11. Esto quiere decir que nosotros bajamos al agua rebosando pecados y suciedad, y subimos llevando fruto en nuestro corazón, es decir, con el temor y la esperanza de Jesús en nuestro espíritu. Y el que comiere de ellos, vivirá para siempre, quiere decir: quien escuchare, cuando se le hablan estas cosas, y las creyere, vivirá eternamente.

Los símbolos o figuras de la cruz

XII 1. De nuevo igualmente define acerca de la cruz en otro profeta, que dice: ¿Y cuándo se cumplirán estas cosas? Dice el Señor: Cuando el madero se incline y se levante y cuando del madero destilare sangre. Ahí tienes otra vez cómo se habla de la cruz y del que había de ser crucificado.

2. Otra vez habla también en Moisés, en ocasión en que Israel era combatido por los extranjeros; y para recordarles que eran derrotados porque a causa de sus pecados habían sido entregados a la muerte, el Espíritu inspira en el corazón de Moisés que fabricara una figura de la cruz y del que había de sufrir en ella; pues si no confiaren—dice—en Él, serán derrotados para siempre. Coloca, pues, Moisés arma sobre arma en medio del campamento y, poniéndose más alto que todos los demás, extendía sus brazos. Y de esta manera vencía de nuevo Israel. Luego, cuando los bajaba, otra vez eran pasados a cuchillo. 3. ¿Para qué fin? Para que conocieran que no podían salvarse, si no confiaban en Él. 4. Y otra vez dice en otro profeta: Todo el día extendí mis manos a un pueblo incrédulo y que contradice mi camino justo.

5. Y otra vez, en ocasión que Israel también caía, fabrica Moisés una figura de Jesús, figura de cómo Él tenía que padecer, y Él, otrosí, vivificar, cuando ellos creían que había perecido en el signo. En efecto, el Señor hizo que les mordieran toda clase de serpientes, y morían de sus mordeduras; serpientes, justamente, pues la transgresión en Eva se debió a la serpiente, para convencerlos de que por su transgresión serían entregados a tribulación de muerte. 6. En resolución, Moisés, que había establecido por mandamiento: No tendréis imagen esculpida ni fundida para Dios vuestro, la fabrica él mismo para mostrar una figura de Jesús. Así, pues, manda hacer Moisés una serpiente de bronce y la levanta gloriosamente y, a voz de pregón, convoca al pueblo.

7. Reunidos que estuvieron, suplicaban a Moisés que ofreciera oraciones por la curación de ellos. Y Moisés les respondió: Cuando alguno de vosotros—dice-—fuere mordido, venga a la serpiente colocada sobre el madero y confíe con viva fe que ella, aun siendo muerta, puede darle la vida y al punto quedará sano." Ahí tienes otra vez, en estos nuevos símbolos, la gloria de Jesús, pues todo está en Él y todo es para Él.

Josué, David e Isaías, testigos de Jesús

8. ¿Qué dice, además, Moisés a Josué (o Jesús), hijo de Navé, profeta que era, después de ponerle este nombre, con el solo fin de que el pueblo oyera que el Padre lo pone todo patente acerca de su Hijo Jesús? 9. Dicele, pues, Moisés a Josué, hijo de Navé, después de ponerle este nombre, cuando lo mandó como explorador de la tierra: Toma un libro en tus manos y escribe lo que dice el Señor, a saber: que el Hijo de Dios arrancará de raíz, en los últimos días, a toda la casa de Arnalec.

10. He aquí otra vez a Jesús, no como hijo del hombre, sino como hijo de Dios, si bien manifestado por figura en la carne. Como quiera, pues, que habían de decir que Cristo es hijo de David, el mismo David, temiéndose y comprendiendo el extravío de los pecadores, profetiza y dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi derecha, hasta que ponga a tus enemigos por escabel de tus pies. 11. Y a su vez, Isaías dice de esta manera: Dijo el Señor a mi Ungido Señor, a quien yo tomé de la diestra, para que delante de Él obedezcan las naciones, y romperé la fuerza de los reyes. Mira cómo David le llama Señor y no le llama hijo.

El pueblo cristiano, menor y segundogénito, heredero del Testamento

XIII 1. Mas veamos si es este pueblo o es el primero el que hereda, o si el Testamento nos pertenece a nosotros o a ellos. 2. Escuchad, pues, lo que sobre el pueblo cuenta la Escritura: Rogaba Isaac por Rebeca, su mujer, pues era estéril, y concibió. Luego: Salió Rebeca a consultar al Señor, y díjole el Señor: Dos naciones hay en tu vientre y dos pueblos en tu seno, y un pueblo sobre pujará a otro pueblo y el mayor servirá al menor. 3. Debéis pcrcataros de quién es Isaac y quién Rebeca y por quiénes da a entender la Escritura que este pueblo es mayor que aquél.

4. Y más claramente todavía habla Jacob en otra profecía a José, diciéndole: He aquí que no me defraudó el Señor de tu vista; tráeme acá tus hijos para bendecirlos. 5. Y llevó José a Efraín y Manasés, queriendo que fuera bendecido Manasés, pues era el mayor; y, en efecto, José le puso a la derecha de su padre Jacob. Mas Jacob vió en espíritu la figura dcl pueblo por venir. ¿Y qué dice la Escritura? Y mudó Jacob de sitio sus manos y puso su derecha sobre la cabeza de Efraín, el segundo y más joven, y le bendijo, y dijo José a Jacob: Cambia tu diestra sobre la cabeza de Manasés, pues es mi primogénito. Y respondió Jacob a José: Lo sé, hijo, lo sé; mas el mayor servirá al menor. Sin embargo, también estotro será bendecido. 6. Mirad por quién puso que este pueblo es el primero y el heredero de la Alianza. 7. Ahora bien, si, sobre lo dicho, también nos lo recordó por medio de Abraham, no tenemos ya más que pedir en orden al acabamiento y perfección de nuestro conocimiento. ¿Qué le dice, pues, el Señor a Abraham cuando, habiendo sido el único en creer, le fué contado a justicia? Mira que te he puesto a ti, Abraham, por padre de las naciones que han de creer en Dios por prepucio.

La nueva alianza por la redención de Jesús

XIV 1. Muy bien! Mas inquiramos si les dió la Alianza que juró a sus padres daria al pueblo. Diósela, ciertamente; mas ellos, por sus pecados, no se hicieron dignos de recibirla. 2. Dice, efectivamente, el profeta: Y estuvo Moisés ayunando en el monte Sinaí durante cuarenta días y cuarenta noches para recibir la Alianza del Señor. Y recibió Moisés de parte del Señor las dos tablas escritas por el dedo de la mano del Señor en espíritu. Y tomándolas Moisés, estaba para bajárselas al pueblo. 3. Y dijo el Señor a Moisés: Moisés, Moisés, baja a toda prisa, pues ha prevaricado tu pueblo, que sacaste de la tierra de Egipto. Y entendió Moisés que se habia otra vez fabricado imágenes de fundición y arrojó de sus manos las tablas, y se hicieron pedazos las tablas del Testamento del Señor.

4. Moisés, pues, recibió la Alianza; mas ellos no se hicieron dignos. Ahora bien ¿cómo la recibimos nosotros? Aprendedlo: Moisés la recibió como siervo que era; mas a nosotros nos la dió el Señor en persona para hacernos, habiendo sufrido por nosotros, pueblo de su herencia. 5. Manifestóse, por una parte, para que aquellos llegasen al colmo de sus pecados, y nosotros, por otra, recibiéramos la Alianza por medio del Señor Jesús, que la hereda; de Jesús, digo, que fué aparejado para que, apareciendo Él en persona y redimido que hubiera de las tinieblas nuestros corazones, consumidos que estaban por la muerte y entregados al extravío de la iniquidad, estableciera una Alianza entre nosotros por su palabra.

6. En efecto, escrito está cómo el Padre le pone mandamiento de que, redimido que nos hubiere a nosotros de las tinieblas, se prepare para sí un pueblo santo. 7. Dice, pues, el profeta: Yo, el Señor Dios tuyo, te llamé en justicia y te tomaré de tu mano y te fortaleceré; y te di para Alianza de un linaje y por luz de las naciones, para abrir los ojos de los ciegos y sacar de sus cadenas a los trabados y de la casa de la custodia a los que se sientan entre tinieblas. Conozcamos, pues, de dónde fuiiiios rescatados.

8. Otra vez dice el profeta: Mira que te he puesto por luz de las naciones, para que tú seas salvación hasta los confines de la tierra. Así dice el Señor, el Dios que te ha rescatado.

9. Y de nuevo dice el profeta: El Espíritu del Señor sobre mí, / por lo cual me ha ungido, / para llevar a los humildes la buena noticia de la gracia; / me ha enviado a sanar a los triturados fe corazón, / a pregonar a los cautivos la libertad / y a los ciegos la recuperación de la vista, / a proclamar el año del Señor aceptable, / el día fe la recompensa, / a consolar a todos los que están tristes.

La verdadera santificación del sábado

XV 1. Pasando a otro punto, también acerca del sábado, se escribe en el decálogo, es decir, en las diez palabras que habló I)ios en el monte Sinaí a Moises cara a cara: Y santificad el sábado del Señor con manos limpias y corazón puro. 2. Y en otro lugar dice: Si mis hijos guardaren el sábado, entonces pondré sobre ellos mi misericordia. 3. Del sábado habla al principio de la creación: E hizo Dios en seis días las obras de sus manos y acabólas en el día séptimo, y descansó en él y lo santificó.

4. Atended, hijos, qué quiere decir lo de: Acabólos en seis días. Esto significa que en seis mil años consumará todas las cosas el Señor, pues un día es para Él mil años. Lo cual, Él mismo lo atestigua, diciendo: He aquí que el día del Señor será camo mil años. Por lo tanto, hijos, en seis días, es decir, en los seis mil años, se consumarán todas las cosas.

5. Y descansó en el día séptimo. Esto quiere decir: Cuando venga su hijo y destruya el siglo del inicuo y juzgue a los impíos y mudare el sol, la luna y las estrellas, entonces descansará de verdad en el día séptimo.

6. Y por contera dice: Lo santificarás con manos limpias y corazón puro. Ahora, pues, si pensamos que pueda nadie santificar, sin ser puro de corazón, el día que santificó Dios mismo, nos equivocamos de todo en todo. 7. consiguientemente, entonces por nuestro descanso lo santificaremos de verdad, cuando, justificados nosotros mismos y en posesión ya de la promesa, seremos capaces de santificarlo; es decir, cuando ya no exista la iniquidad, sino que nos hayamos vuelto todos nuevos por el Señor, entonces, si, santificados primero nosotros, podremos santificar el día séptimo.

8. Por último, les dice: Vuestros novilunios y vuestros sábados no los aguanto. Mirad cómo dice: No me son aceptos vuestros sábados dle ahora, sino el que yo he hecho, aquél en que, haciendo descansar todas las cosas, haré el principio de un día octavo, es decir, el principio de otro mundo. 9. Por eso justamente nosotros celebramos también el día octavo con regocijo, por ser día en que Jesús resucitó de entre los muertos y, después de manifestado, subió a los cielos.

El alma del cristiano, verdadero templo de Dios

XVI 1. Quiero también hablaros acerca del templo, cómo extraviados los miserables confiaron en el edificio y no en su Dios que los creo, como si aquél fuera la casa de Dios. 2. Pues, poco más o menos como los gentiles, le consagraron en el templo. Mas ¿cómo habla el Señor destruyéndolo? Aprendedlo : ¿Quién midio el cielo con el palmo y la tierra con el pulgar? ¿No he sido yo?—dice el Señor? —. El cielo es mi trono y la tierra escabel de mis pies: ¿Qué casa es ésa que me vais a edificar o cuál es el lugar de mi descanso? Luego ya os dais cuenta de que su esperanza es vana.

3. Y por remate, otra vez les dice: He aquí que los que han destruído este templo, ellos mismos lo edificarán. 4. Así está sucediendo, pues por haberse ellos sublevado, fué derribado el templo por sus enemigos, y ahora hasta los mismos siervos de sus enemigos lo van a reconstruir. 5. Además, ya estaba manifiesto cómo la ciudad, el templo y el pueblo de Israel había de ser entregado. Dice, en efecto, la Escritura: Y sucederá en los últimos días, y entregará el Señor las ovejas del rebaño y su majada y su torre a la destrucción. Y conforme habló el Señor, así sucedió.

6. Pues inquiramos si existe un templo de Dios: Existe, ciertamente, allí donde Él mismo dice que lo ha de hacer y perfeccionar. Está, efectivamente, escrito: Y será, cumplida la semana, que se edificará el templo de Dios gloriosamente en el nombre del Señor.

7. Hallo, pues, que existe un templo. ¿Cómo se edificará en el nombre del Señor? Aprendedlo. Antes de creer nosotros en Dios, la morada de nuestro corazón era corruptible y flaca, como templo verdaderamente edificado a mano, pues estaba llena de idolatría y era casa de demonios, porque no hacíamos sino cuanto era contrario a Dios. 8. Mas se edificará en el nombre del Señor. Atended a que el templo del Señor se edifique gloriosamente. ¿De qué manera? Aprendedlo. Después de recibido cl perdón de los pecados, y por nuestra esperanza en el Nombre, fuimos hechos nuevos, creados otra vez desde el principio. Por lo cual, Dios habita verdaderamente en nosotros, en la morada de nuestro corazón. 9. ¿De qué manera? Porque en nosotros mora la palabra de su fe, el llamamiento de su promesa, la sabiduría dc sus justificaciones, los mandamientos de su doctrina; profetizando Él mismo en nosotros, morando Él en persona dentro de nosotros, abriéndonos la puerta del templo, es decir, nuestra boca; dándonos penitencia, nos introduce a nosotros, que estábamos esclavizados por la muerte, en el templo incorruptible. 10. Y es así que quien desea salvarse no mira a un hombre, sino al que mora y habla dentro de sí, maravillado de no haber oído jamás antes las palabras de la boca de quien hablaba y no tener él siquiera deseo de escucharle. Este es templo espiritual que se edifica para el Señor.

Recapitulación

XVII 1. En cuanto cabía en lo posible y sencillo manifestároslo, mi alma confía que por mi deseo nada he omitido de cuanto atañe a vuestra salvación. 2. En efecto, si os escribo acerca de lo presente o de lo por venir, me temo no me entendáis, por ser cosas envueltas en parábolas. Y de esto basta.

Los dos caminos

XVIII 1. Pues pasemos también a otro género de conocimiento y doctrina. Dos caminos hay de doctrina y de potestad, el camino de la luz y el camino de las tinieblas. Ahora bien, grande es la diferencia que hay entre los dos caminos. Porque sobre el uno están apostados los ángeles de Dios, portadores de luz; sobre el otro, los ángeles de Satanás. 2. Y el uno es Señor desde los siglos y hasta los siglos; el otro es el príncipe del presente siglo de la iniquidad.

Descripción del camino

XIX 1. Ahora bien, el camino de la luz es como sigue: Si alguno quiere andar su camino hacia el lugar determinado, apresúrese por medio de sus obras. Ahora bien, el conocimiento que nos ha sido dado para caminar en él es el siguiente: 2. Amarás a Aquel que te creó, temerás al que te formó, glorificarás al que te redimió de la muerte. Serás sencillo de corazón y rico de espíritu. No te juntarás con los que andan por el camino de la muerte, aborrecerás todo lo que no es agradable a Dios, odiarás toda hipocresía, no abandonarás los mandamientos del Señor.

3. No te exaltarás a ti mismo, sino que serás humilde en todo. No te arrogarás a ti mismo la gloria. No tomarás mal consejo contra tu prójimo. No consentirás a tu alma la temeridad.

4. No fornicarás, no cometerás adulterio, no corromperas a los jóvenes. Cuando hables la Palabra de Dios, que no salga de tu boca cón la impureza de algunos. No mirarás la persona para reprender a cualquiera de su pecado. Serás manso, serás tranquilo, serás temeroso de las palabras que has oído. No le guardarás rencor a tu hermano.

5. No vacilarás sobre si será o no será. No tomes en vano el nombre de Dios. Amarás a tu prójimo más que a tu propia vida. No matarás a tu hijo en el seno de la madre ni, una vez nacido, le quitarás la vida. No levantes tu mano de tu hijo o de tu hija, sino que, desde su juventud, les enseñarás el temor del Señor.

6. No serás codicioso de los bienes de tu prójimo, no serás avaro. Tampoco te juntarás de buena gana con los altivos, sino que tu trato será con los humildes y justos. Los acontecimientos que te sucedieren los aceptarás como bienes, sabiendo que sin la disposición de Dios nada sucede.

7. No serás doble ni de intención ni de lengua. Te someterás a tus amos, como a imagen de Dios, con reverencia y temor. No mandes con acritud a tu esclavo o a tu esclava, que esperan en el mismo Dios que tú, no sea que dejen de temer al que es Dios de unos y otros; porque no vino Él a llamar conforme a la persona, sino aquellos para quienes preparó su espíritu.

8. Comunicarás en todas las cosas con tu prójimo, y no dirás que las cosas son tuyas propias, pues si en lo imperecedero sois partícipes en común, ¡cuánto más en lo perecedero! No serás precipitado en el hablar, pues red de muerte es la boca. En cuanto puedas, guardarás la castidad de tu alma.

9. No seas de los que extienden la mano para recibir y la encogen para dar. Amarás como a la niña de tus ojos a todo el que te habla del Señor.

10. Te acordarás, de noche y día, del día del juicio, y buscarás cada día las personas de los santos. Ya en el ministerio de la palabra, y caminando para consolar y meditando para salvar un alma por la palabra, ya ocupado en oficio manual, trabajarás para rescate de tus pecados.

11. No vacilarás en dar, ni cuando des murmurarás, sino que conocerás quien es el buen pagador de tu galardón. Guardarás lo que recibiste, sin añadir ni quitar cosa. Aborrecerás hasta el cabo al malvado. Juzgarás con justicia.

12. No formarás bandos, sino que guardarás la paz, tratando (le reconciliar a los que luchan. Confesarás tus pecados. No te acercarás a la oración con conciencia mala.

Este es el camino de la luz.

El camino del "Negro"

XX 1. Mas el camino del "Negro" es torcido y lleno de maldición, pues es camino de muerte eterna con castigo, en que están las cosas que pierden el alma de quienes lo siguen: idolatría, temeridad, altivez de poder, hipocresía, doblez de corazón, adulterio, asesinato, robo, soberbia, transgresión, engaño, maldad, arrogancia, hechicería, magia, avaricia, falta de temor de Dios.

2. Perseguidores de los buenos, aborrecedores de la verdad, amadores de la mentira, desconocedores de la recompensa de la justicia, que no sc adhieren al bien ni al juicio justo, que no atienden a la viuda y al huérfano, que valen no para el temor de Dios, si no para el mal, de quienes está lejos y remota la mansedumbre y la paciencia, que aman la vanidad, que persiguen la recompensa, que no se compadecen del menesteroso, que no sufren con el atribulado, prontos a la maledicencia, desconocedores de Aquel que los creó, matadores de sus hijos por el aborto, destructores de la obra de Dios, que echan de sí al necesitado, que sobreatribulan al atribulado, abogados de los ricos, jueces inicuos de los pobres, pecadores en todo.

Exhotación final: proximidad del fin de las cosas

XXI 1. Bueno es, por ende, que, aprendido que hayamos cuantas justificaciones del Señor quedan escritas, caminemos en ellas. Porque quien éstas cumpliere será giorificado en el reino de Dios; mas quien escogiere lo otro, perecerá con sus obras. De ahí la resurrección, de ahí la recompensa. 2. Si tomáis de mí algún consejo de buena sentencia, yo suplico a los preeminentes: Tened entre vosotros a quienes hagáis el bien. No lo omitáis. 3. Cerca está el día en que todo perecerá juntamente con el maligno. Cerca está el Señor y su galardón.

4. Una y otra vez os lo ruego: Sed buenos legisladores de vosotros mismos, sed unos de otros consejeros fieles, arrancad de entre vosotros toda hipocresía. 5. Y Dios, que señorea todo el universo, os conceda sabiduría, inteligencia, ciencia, conocimiento de sus justificaciones y paciencia.

6. Haceos discípulos de Dios, inquiriendo qué busca el Señor de vosotros, y obrad de manera que seáis hallados en el día del juicio. 7. Y si hay algún recuerdo del bien, mientras todo esto meditáis, acordaos de mí, a fin de que también mi deseo y vigilia termine en algún bien. Os lo ruego, pidiéndoos gracia.

8. Mientras está todavía en vosotros el hermoso vaso, no desfallezcáis para ninguno de entre vosotros, sino inquirid continuamente estas cosas y cumplid todo mandamiento. Porque dignos son de cumplirse.

9. Por eso principalmente me apresuré a escribiros sobre lo que yo alcanzaba, a fin de alegraros.

Salud, hijos de amor y paz.

El Señor de la gloria y de toda gracia sea con vuestros espíritus. Amén.

Fuente: Padres Apostólicos, por Daniel Ruiz Bueno. BAC

Evangelio de la Verdad

EVANGELIO DE LA VERDAD
Prólogo

16 El Evangelio de la verdad es alegría para quienes han recibido de parte del Padre de la verdad el don de conocerlo por el poder de la Palabra que ha venido desde el Pleroma, la que está en el Pensamiento y el Intelecto del Padre, la que es llamada el Salvador, ya que es el nombre de la obra que debe llevar a cabo para la salvación de quienes eran 17 ignorantes del Padre, pero el evangelio es la manifestación de la esperanza que se descubre por quienes la buscan.

I. SURGIMIENTO DE LA IGNORANCIA

Frustración de la búsqueda y creación ilusoria

Puesto que la Totalidad buscó a Aquel del que habían salido, y la Totalidad estaba dentro de Él, el Incomprensible, el Impensable, que está sobre todo pensamiento, ignorar al Padre produjo angustia y terror. Pero la angustia se tornó densa como una bruma, de manera que nadie podía ver; por este motivo se ha fortalecido el Error; ha trabajado su materia vanamente, puesto que no conocía la verdad. Emprendió una obra disponiendo con esfuerzo y belleza algo semejante a la Verdad. Esto, en realidad, no constituía una humillación para el Incomprensible, el Impensable, puesto que eran nada, la angustia, el olvido y la obra engañosa, en tanto que siendo firme la Verdad es inmutable e inquebrantable y totalmente bella. Por esto, despreciad el Error. De este modo no tenía raíz y estaba en una bruma respecto del Padre, afanado en disponer actividades, olvidos y terrores, para por medio de ellos atraer a los del medio y hacerlos cautivos.

El olvido

El olvido del Error no se manifestó. No es un [...] 18 desde el Padre. El olvido no tuvo lugar desde el Padre, aunque tuvo origen por su causa. Pero lo que nace en él es el conocimiento que se manifestó para que el olvido se disipara y el Padre fuese conocido. Ya que el olvido existió a causa de que el Padre no fue conocido, cuando el Padre sea conocido, el olvido a partir de ese momento dejará de existir.

II. EL DESCUBRIMIENTO DEL PADRE

Jesús crucificado y la existencia en el Padre

Éste es el evangelio del que se busca, que se reveló a los que son perfectos por las misericordias del Padre, el misterio oculto, Jesús, el Cristo, por cuyo medio iluminó a los que estaban en la oscuridad a causa del olvido. Los ha iluminado y (les) ha mostrado un camino. El camino, sin embargo, es la verdad que les ha enseñado. Por este motivo el Error se ha irritado contra él, lo ha perseguido, lo ha maltratado y lo redujo a nada. Lo clavó en un madero (y) fue un fruto del conocimiento del Padre. Pero no fue motivo de destrucción porque fuese asimilado, sino que a los que lo asimilan dio motivos para que sean felices por el descubrimiento, pero Él los descubrió en sí mismo y ellos lo descubrieron en ellos, al Incomprensible, al Impensable, al Padre, el Perfecto, que produjo la Totalidad, en el que está la Totalidad y del que la Totalidad necesita. Aunque ha conservado su perfección en sí, la que no ha dado a la Totalidad, el Padre no era celoso. Pues ¿qué celo podría existir entre Él y sus miembros? 19 Porque si el Eón hubiera recibido así su perfección, no podrían llegar [...] al Padre, el que conserva en sí su perfección, dándosela como una conversión hacia Él y un conocimiento perfectamente único. Él es el que ha producido la Totalidad, en el que está la Totalidad y del que la Totalidad necesita. Como en el ejemplo de alguien al que otros ignoran, que desea que lo conozcan y lo amen, del mismo modo ¿por qué motivo la Totalidad estaría necesitada a no ser que fuese por el conocimiento del Padre? Él (=Jesús) fue un guía, silenciosamente y en reposo.

El Salvador maestro

Apareció en las escuelas, profirió la Palabra como un maestro. Se le aproximaron los sabios, según propia estimación, para probarle. Pero los confundió, porque eran vanos. Ellos lo odiaron, puesto que no eran sabios verdaderamente. Después de todos éstos se aproximaron a él también los niños, a quienes pertenece el conocimiento del Padre. Fortalecidos, aprendieron los aspectos del rostro del Padre. Conocieron y fueron conocidos; fueron glorificados y han glorificado.

III. PREVISIÓN SALVÍFICA

El libro del viviente y la crucifixión

Se manifestó en su corazón el libro que vive del Viviente, el que está escrito en el Pensamiento y el Intelecto 20 [del] Padre y que antes del establecimiento de la Totalidad estaba en su Incomprensibilidad, el que nadie podía tomar, puesto que está reservado para el que lo tomara para ser inmolado. Ninguno hubiera podido manifestarse de cuantos creyeron en la salvación si no hubiera aparecido ese libro. Por ese motivo el compasivo, el fiel, Jesús, aceptó con paciencia los sufrimientos hasta que tomó este libro, puesto que sabe que su muerte es vida para muchos. Del mismo modo que en un testamento se ocultan antes de abrirse los bienes del dueño de la casa fallecido, así sucede con la Totalidad, que permanece oculta en tanto que el Padre de la Totalidad era invisible, siendo un ser engendrado por sí mismo, del que provienen todos los intervalos. Por este motivo apareció Jesús, revistió aquel libro, fue clavado en un madero, y publicó el edicto del Padre sobre la cruz. ¡Oh sublime enseñanza! Se humilló hasta la muerte, aunque la vida eterna reviste. Después de despojarse de estos harapos perecederos, se revistió de la incorruptibilidad que nadie puede sustraerle. Habiendo penetrado en las regiones vacías de los terrores, atravesó por los que estaban desnudos a causa del olvido, siendo conocimiento y perfección, proclamando lo que hay en el corazón 21 [...] [...] enseñar a sus discípulos. Pero los discípulos son el Viviente, los que están inscritos en el libro del Viviente. Reciben la enseñanza sobre sí mismos, la reciben del Padre, y se vuelven de nuevo hacia Él.

Previsión paterna y llamada del elegido

Puesto que la perfección de la Totalidad está en el Padre, es necesario para la Totalidad subir hacia Él. Entonces, el que posee el conocimiento adquiere lo que le es propio y lo atrae hacia sí. Porque el que es ignorante está menesteroso y falto de muchas cosas, puesto que le falta lo que lo perfeccionará. Dado que la perfección de la Totalidad está en el Padre, es necesario que la Totalidad ascienda hacia Él y que cada uno adquiera lo que le es propio. Los ha inscrito de antemano, habiéndolos preparado para darla a los que han salido de Él. Aquellos cuyo nombre conoció de antemano han sido llamados finalmente, de modo que el que posee el conocimiento es aquel cuyo nombre ha sido pronunciado por el Padre, pues aquel cuyo nombre no ha sido dicho es ignorante. Efectivamente, ¿cómo podrá oír aquel cuyo nombre no ha sido convocado? Porque el que es ignorante hasta el fin es una obra del olvido y será disuelto con él, de lo contrario ¿cuál es el motivo de que estos desgraciados carezcan 22 de nombre y de que no exista para ellos una llamada?

Respuesta a la llamada y contenido del Libro

De esta manera el que posee el conocimiento es de lo alto. Si es llamado, escucha, responde y se vuelve hacia quien lo llama para ascender hacia Él. Y sabe cómo se llama. Poseyendo el conocimiento hace la voluntad de quien lo ha llamado, quiere complacerle y recibe el reposo. Su nombre propio aparece. El que llegue a poseer el conocimiento de este modo sabe de dónde viene y a dónde va. Sabe como una persona que habiendo estado embriagada ha salido de su embriaguez, ha vuelto a sí misma y ha corregido lo que le es propio. Él (=Jesús) ha desviado a muchos del Error. Les ha precedido hasta sus lugares, de los que se habían alejado cuando aceptaron el error, a causa de la profundidad del que abarca a todos los intervalos, mientras que ninguno existe que lo abarque a Él. Era una gran maravilla que estuvieran en el Padre sin conocerlo y que fuesen capaces de autogenerarse, puesto que no podían comprender ni conocer a Aquel en el que estaban. Porque de este modo su voluntad no había emergido de Él. En efecto, la reveló en consideración a un conocimiento que persuada a todas sus emanaciones. Éste es el conocimiento del libro viviente que reveló a los 23 eones, por fin, como [sus le]tras, revelando cómo no son vocales ni consonantes, para que el que las lea piense en algo vano, sino que son letras de la Verdad que sólo pronuncian los que las conocen. Cada letra es un pen[samiento] completo, porque son letras escritas por la Unidad, habiéndolas escrito el Padre, para que los eones por medio de sus letras conozcan al Padre.

IV. LIBERACIÓN SALVÍFICA

Advenimiento de la Palabra y reintegración del elegido

Su sabiduría contempla a la Palabra, su enseñanza la pronuncia y su conocimiento la ha revelado. Su clemencia es una corona sobre ella. Su alegría está en armonía con ella; su gloria la ha exaltado; su imagen la ha manifestado; su reposo la ha recibido en sí mismo; su amor hizo un cuerpo sobre ella; su fe la ha rodeado. De esta manera la Palabra del Padre surge en la Totalidad, como el fruto 24 [de] su corazón y como impronta de su voluntad. Pero sostiene a la Totalidad eligiéndola y recibe también el aspecto de la Totalidad. Jesús el de infinita dulzura la purifica, le da vuelta hacia el Padre y la Madre. El Padre descubre su seno. Pero su seno es el Espíritu Santo. Descubre su secreto, su secreto es su Hijo, para que por la misericordia del Padre los eones dejen de inquietarse buscando al Padre y descansen en él sabiendo que es el reposo. Después de haber colmado la deficiencia, ha abolido la forma. Su forma es el mundo en el que fue esclavo.

Disolución del mundo y de lo múltiple

Porque la región en donde hay envidia y discordia es deficiente, pero la región en la que hay unidad es perfecta. Puesto que la deficiencia se produjo porque se ignoró al Padre, entonces cuando se conoce al Padre la deficiencia dejará de existir. Como sucede con la ignorancia de una persona, que una vez que conoce se desvanece su ignorancia, como se desvanece la oscuridad cuando aparece 25 la luz, del mismo modo también se desvanece la deficiencia ante la perfección. Así desde ese momento no se manifiesta más la forma, sino que se disolverá en la fusión de la Unidad, porque ahora sus obras yacen dispersas, a la vez que la Unidad dará perfección a los intervalos. En la Unidad cada uno se realizará; en el conocimiento se purificará de la multiplicidad en la Unidad, consumiendo la materia en sí mismo, como una llama, y la oscuridad por la luz y la muerte por la vida. Si estas cosas verdaderamente han sobrevenido a cada uno de nosotros, debemos vigilar sobre todo para que la morada sea santa y esté en silencio para la Unidad.

Parábola de los vasos y juicio de la Palabra

Es lo mismo que en el caso de ciertas personas que han dejado los lugares que tenían vasos en sus puestos que no eran buenos. Si los hubieran roto, tampoco habría sufrido daño el dueño de casa. Sin embargo queda satisfecho, pues en lugar de los vasos deteriorados, los hay llenos, que son de manufactura perfecta. Porque así es el juicio que ha venido de 26 lo alto. Ha juzgado a cada uno, como una espada desenvainada, de doble filo, que corta por ambos lados. Cuando la Palabra apareció, la que está en el corazón de quienes la pronuncian, ella no es sólo un sonido, sino que tomó un cuerpo, una gran turbación sobrevino entre los vasos, porque algunos habían sido vaciados y otros estaban llenos; es decir, algunos habían sido provistos, pero otros derramados, unos purificados, pero otros quebrados.

Perturbación cósmica y derrota del Error

Todas las regiones se agitaron y conmovieron, porque carecían de orden y estabilidad. El Error se desconcertó, ignorando qué hacer; se afligió, lamentándose, y quedó vacilante, porque no sabía nada, después que se le aproximó el conocimiento que es su destrucción y el de todas sus emanaciones, el Error es vano, al no tener nada adentro. La Verdad apareció, todas sus emanaciones la conocieron. Saludaron al Padre verdaderamente con una potencia perfecta que las une con el Padre. Porque cada una ama a la Verdad, puesto que la Verdad es la boca del Padre y su lengua es el Espíritu Santo. El que se une 27 a la verdad se une a la boca del Padre por su lengua, cuando llegue a recibir el Espíritu Santo, puesto que tal es la manifestación del Padre y su revelación a sus eones. Ha revelado lo que de Él estaba oculto y lo ha explicado. Pues ¿quién existe, sino el Padre solamente?

Seres ocultos y descubiertos

Todos los intervalos son sus emanaciones. Han sabido que proceden de Él como hijos provenientes de un hombre perfecto. Sabían que todavía no habían recibido forma y que todavía no habían recibido un nombre, cada uno de los cuales engendra el Padre. En ese momento reciben una forma por su conocimiento, pues aunque estén en Él, no le conocen. Pero el Padre es perfecto, conociendo todo intervalo que está en Él. Si quiere, manifiesta a quien quiere, dándole una forma y dándole un nombre y lo llama y motiva que ellos vengan a la existencia los que antes de venir a la existencia, ignoran a quien los ha formado. No digo, por lo tanto, que no son nada los que todavía no existen, sino que están 28 en Él que querrá que vengan a la existencia cuando quiera, como el tiempo conveniente por venir. Antes de que todas las cosas se manifiesten, sabe lo que producirá. Pero el fruto que todavía no se ha manifestado, nada sabe, ni nada hace. De este modo también cada intervalo que es en el Padre proviene del que es, que lo ha establecido desde lo que no es. Pues el que carece de raíz, tampoco tiene fruto, pero por más que piense interiormente «He comenzado a existir», sin embargo, será destruido por sí mismo. Por este motivo el que no ha existido en absoluto nunca existirá. Entonces ¿qué quiso para pensar de sí mismo? Esto: «He existido como las sombras y los fantasmas de la noche». Cuando la luz ilumina el terror que esa persona ha experimentado, comprende que no es nada.

El estado de pesadilla y el despertar

De este modo eran ignorantes del Padre, al que 29 no veían. Puesto que existía terror, turbación, inestabilidad, vacilación y discordia, eran muchas las ilusiones y las vacuas ficciones que los ocupaban, como si estuvieran sumergidos en el sueño y convivieran con sueños inquietantes. Bien huían a algún lugar, bien se daban vuelta extenuados, después de perseguir a otros, bien daban golpes, bien los recibían, bien caían desde grandes alturas, o bien volaban por el aire, aunque sin poseer alas. A veces (les) sucede como si alguien fuese a matarlos, aunque nadie los persiga, o bien como si ellos mismos mataran a sus vecinos, porque se encontraron manchados con su sangre. Una vez que los que pasan por estas cosas se despiertan, nada ven, aunque estaban en medio de todas estas confusiones, puesto que ellas no existen. Semejante es el modo de los que han rechazado la ignorancia lejos de sí, igual que no tienen en ninguna consideración el sueño, así tampoco consideran sus 30 acciones como algo sólido, sino que las abandonan como un sueño tenido en la noche. El conocimiento del Padre lo aprecian como el amanecer. De esta manera ha actuado cada uno de ellos, como cuando estaban dormidos mientras que eran ignorantes. Y éste es el modo como ha (llegado el conocimiento), como si se despertara. ¡Feliz será el que llegue a darse vuelta y a despertarse! Y bienaventurado es el que ha abierto los ojos del ciego. Y el Espíritu ha corrido tras él, dándose prisa para despertarle. Habiendo tendido la mano al que yacía sobre la tierra, lo afirmó sobre sus pies, pues todavía no se había levantado.

V. INTERVENCIÓN PATERNA

Mediación del Hijo

Les dio los medios de conocerlo, el conocimiento del Padre y la manifestación de su Hijo. Porque cuando lo han visto y lo han oído, les hizo gustarlo y sentirlo y tocar al Hijo bienamado. Cuando apareció, instruyéndoles sobre el Padre, el Incomprensible, cuando les hubo insuflado lo que está en el Pensamiento, cumpliendo su voluntad, cuando muchos hubieron recibido la luz, se dieron vuelta 31 hacia él. Porque los materiales eran extraños y no vieron su semejanza, tampoco lo habían conocido. Pues él vino en una forma carnal, sin encontrar ningún obstáculo a su desplazamiento, puesto que la incorruptibilidad es irresistible. De nuevo, dijo cosas nuevas, hablando sobre lo que está en el corazón del Padre, habiendo proferido la Palabra sin defecto. Una vez que la luz habló por su boca y su voz engendró la Vida, les dio pensamiento e intelecto, la misericordia y la salvación y el espíritu poderoso proveniente de la infinitud y de la dulzura del Padre. Habiendo detenido los castigos y las torturas, puesto que desviaban de su rostro a muchos que estaban en el error y los lazos necesitados de misericordia, ha destruido a ambos con poder y los confundió con el conocimiento.

Parábola de la oveja perdida

Ha llegado a ser un camino para los que iban descarriados y conocimiento para los ignorantes, descubrimiento para los que buscaban y confirmación para los vacilantes e incontaminación para los manchados. Es el pastor 32 que ha dejado las noventa y nueve ovejas que no estaban perdidas y ha ido a buscar a la que estaba extraviada. Se regocijó cuando la encontró, porque noventa y nueve es un número que está en la mano izquierda, que lo contiene. Pero cuando se encuentra el uno, el número entero pasa a la mano derecha. Del mismo modo sucede al que le falta el uno, es decir, la mano derecha completa, que atrae a lo que era deficiente y lo toma del lado de la mano izquierda y lo lleva a la derecha, y de este modo también el número llega a ser una centena. Se trata del signo del que está en su sonido, o sea, del Padre. Incluso en sábado ha trabajado por la oveja que encontró caída en el pozo. Ha reanimado a la oveja subiéndola desde el pozo para que sepáis íntimamente, vosotros, los hijos del conocimiento interior, cuál es el sábado, en el que no es conveniente que la salvación descanse, para que podáis hablar del día de lo alto, que carece de noche, y de la luz que no se oculta, porque es perfecta. Decid, pues, desde el corazón que sois el día perfecto y que en vosotros mora la luz que no desfallece. Hablad de la verdad con los que la buscan y [del] conocimiento a los que han pecado en su error.

VI. DEBERES DEL ELEGIDO

33 Afirmad el pie de los que vacilan y tended vuestra mano a los débiles. Alimentad a quienes tienen hambre y consolad a los que sufren. Levantad a los que quieren levantarse y despertad a los que duermen, porque sois el entendimiento que atrae. Si actuáis así como fuertes, seréis también más fuertes. Prestaos atención a vosotros mismos y no os preocupéis de las otras cosas que habéis apartado de vosotros. No volváis a lo que habéis vomitado para comerlo. No seáis polillas. No seáis gusanos, porque ya lo habéis rechazado. No seáis un lugar para el diablo, porque ya lo habéis destruido. No consolidéis vuestros obstáculos, los que sois vacilantes, aunque seáis como un apoyo (para ellos). Pues al licencioso se lo debe tratar incluso como más nocivo que al justo. Efectivamente el primero actúa como una persona sin ley, pero el último actúa como una persona justa entre los demás. Así pues, vosotros haced la voluntad del Padre, puesto que le pertenecéis.

VII. EL PADRE Y LOS ELEGIDOS

El elegido como fragancia del Padre

Porque el Padre es dulce y lo que hay en su voluntad es bueno. Ha tomado conocimiento de lo que es vuestro para que podáis reposar en Él. Porque por los frutos se toma el conocimiento de las cosas que son suyas, ya que los hijos del Padre 34 son su fragancia, pues existen desde la gracia de su rostro. Por esta razón el Padre ama su fragancia y la manifiesta en toda región, y si la mezcla con la materia, da su fragancia a la luz y en su Silencio la hace superar toda forma (y) todo sonido, pues no son los oídos los que perciben la fragancia, sino que es el hálito que tiene el sentido del olfato y atrae la fragancia hacia sí y se sumerge en la fragancia del Padre, de manera que así lo protege y lo lleva al lugar de donde vino, de la fragancia primera que se ha enfriado como algo en una obra psíquica, semejante al agua fría que se congela sobre la tierra que no es firme y que los que la ven piensan que es tierra, pero después de nuevo se disuelve. Las fragancias, pues, que se han enfriado provienen de la división. Por este motivo vino la fe, disolvió la división y aportó el Pleroma cálido de amor para que el frío no vuelva de nuevo, sino que exista la unidad del pensamiento perfecto.

Perfeccionamiento en el Padre

Ésta es la Palabra del evangelio del descubrimiento del Pleroma, para los que esperan 35 la salvación que viene de lo alto. Mientras que su esperanza, por la que esperan, está en expectativa, ellos cuya imagen es luz, sin ninguna sombra, entonces, en ese momento, el Pleroma sobreviene. La deficiencia material no proviene de la infinitud del Padre, el que viene a dar tiempo para la deficiencia, aunque nadie podría sostener que lo incorruptible pudiera venir de esta manera. Pero la Profundidad del Padre se multiplicó y el pensamiento del Error no existía con él. Es algo que declina, es algo que fácilmente se pone derecho de nuevo con el descubrimiento de Aquel que ha venido hacia él al que recuperará. Porque este retorno es llamado arrepentimiento. Por este motivo la incorruptibilidad ha soplado y ha ido detrás del que ha pecado para que pueda descansar. Porque la clemencia es lo que queda para la luz en la deficiencia, la Palabra del Pleroma. En efecto, el médico va ligero hacia el lugar en donde hay un enfermo, porque ahí está la voluntad que hay en él. El que es deficiente, entonces, no se oculta, porque uno posee lo que al otro le falta. De esta manera el Pleroma que no es deficiente, pero que colma la deficiencia, es lo que 36 Él suministró desde sí mismo para completar lo que le falta, para que así reciba la gracia. Cuando era deficiente, no tenía la gracia. Por esto había deficiencia en el lugar en donde no había gracia. Una vez que aquélla, que estaba disminuida, se recibió, reveló lo que le faltaba, siendo (ahora) Pleroma, es decir, el descubrimiento de la Luz de la Verdad que apareció sobre él porque ésta es inmutable.

Unción del elegido y el paraíso como lugar del reposo

Por esto se habló de Cristo en su medio para los que estaban angustiados pudieran retornar y él pudiera ungirlos con el ungüento. Éste es la misericordia del Padre que tendrá misericordia de ellos. Pero aquellos a los que ha ungido son los perfectos. Porque los vasos llenos son los que habitualmente se untan. Pero cuando la untura de un vaso se disuelve, está vacío y el motivo de su deficiencia es la causa por la que su untura desaparece. Porque en ese momento lo atrae un soplo, algo por el poder de lo que está con él. Pero de aquel que carece de deficiencia ningún sello es levantado, ni nada se derrama, sino que aquello de lo que está falto el Padre perfecto una vez más lo llena. Él es bueno. Conoce a sus simientes, porque es el que las ha sembrado en su paraíso. Pero su paraíso es su lugar de reposo. Éste 37 es la perfección en el pensamiento del Padre, y éstas son las palabras de su reflexión. Cada una de sus palabras es la obra de su voluntad única en la revelación de su Palabra. Mientras estaban todavía en la profundidad de su pensamiento, la Palabra que fue la primera en adelantarse las reveló junto con el Intelecto que profiere la Palabra única en la gracia silenciosa. Ha sido llamado Pensamiento, porque estaba en Él antes de revelarse. Le correspondió, pues, adelantarse la primera cuando la voluntad de Aquel que quiso lo determinó.

La voluntad inescrutable del Padre

Pero la voluntad es que el Padre esté en reposo y complacido. Nada sucede sin la voluntad del Padre, pero su voluntad es inescrutable. Su huella es la Voluntad y nadie puede conocerla ni es posible a nadie escudriñarla para comprenderla. Pero cuando quiere, lo que quiere ahí está, aun cuando el espectáculo no les agrade del modo que sea ante Dios, cuando el Padre quiere. Porque conoce el comienzo de todos y su final. Al final, efectivamente, los interpelará directamente. Pero el fin consiste en conocer al que está oculto, y Éste es el Padre, 38 del que ha salido el principio y hacia el que retornarán los que han salido de Él. Ellos, por otra parte, han aparecido para la gloria y la alegría de su nombre.

VIII. EL NOMBRE DEL PADRE ES EL HIJO

El nombre del Padre, empero, es el Hijo. Es Él el que en el Principio dio un nombre al que ha salido de sí, que era Él mismo y al que engendró como Hijo. Le ha dado su nombre, el que le perteneció; es aquel al que le pertenece todo lo que existe en torno al Padre. Suyo es el nombre; suyo es el Hijo. Es posible para éste verlo. Pero el nombre es invisible porque sólo él es el secreto del Invisible que viene a los oídos que están completamente llenos de él por él. Porque, realmente, el nombre del Padre no es dicho, sino que se revela por medio del Hijo. Entonces y siendo así ¡grande es el nombre! ¿Quién, entonces, podrá pronunciar un nombre para Él, el gran nombre, salvo Él solo al que pertenece el nombre y los hijos del nombre, en los que descansó el nombre del Padre, los que a su vez descansaban en su nombre? Puesto que el Padre es inengendrado, Él solo es el que lo engendró como nombre para sí mismo antes de producir los eones, para que el nombre del Padre estuviese sobre sus cabezas como Señor, el que es el nombre 39 verdadero, firme en su autoridad por la potencia perfecta. Porque el nombre no pertenece a las palabras ni su nombre forma parte de las denominaciones sino que es invisible. Se dio un nombre para sí solo, puesto que Él solo se contempla y solo tiene capacidad para darse un nombre. Porque el que no existe carece de nombre. Pues ¿qué nombre se puede dar al que no existe? Pero El que es, es asimismo con su nombre, y el único que le conoce y el solo que sabe darle un nombre es el Padre. El Hijo es su nombre. Por lo tanto no lo ha ocultado, sino que ha existido y en cuanto es el Hijo, sólo Él dio un nombre. El nombre, por lo tanto, es del Padre, igual que el nombre del Padre es el Hijo. Puesto que ¿en dónde la misericordia encontraría este nombre, si no es junto al Padre? Pero seguro que alguno dirá a su vecino: «¿Quién dará un nombre al que existía antes que él, como si los niños no recibieran un nombre 40 de los que los han engendrado?» Primero, entonces, nos conviene entender acerca de este tema: «¿qué es el nombre?». Éste es el nombre auténtico; por lo tanto no es el nombre que deriva del Padre, puesto que es el nombre propio. No ha recibido, por consiguiente, el nombre en préstamo como los demás, según el modo como cada uno es producido, sino que éste es el nombre propio. No hay ningún otro al que se lo haya dado. Pero él es innominable e indescriptible, hasta el momento en que éste, que es perfecto, sólo lo expresó. Y él es el que tiene el poder para proclamar su nombre y contemplarlo. Por consiguiente, cuando le ha parecido bien que su nombre amado sea su Hijo y le dio el nombre a él, este que salió de la profundidad, expresó sus realidades, sabiendo que el Padre es carente de mal. Por esto también lo ha enviado para que hablase del lugar y de su lugar de reposo desde el que ha venido 41 y glorificase al Pleroma, la grandeza de su nombre y la dulzura del Padre.

IX. EL REPOSO DEL PADRE

Sobre el lugar de donde ha venido cada uno hablará y hacia la región en la que ha recibido su constitución retornará con prisa y abandonará esta región, la región donde se halló recibiendo gusto de aquel lugar, nutriéndose y creciendo. Y su lugar propio de reposo es su Pleroma. De este modo todas las emanaciones del Padre son plenitudes, y la raíz de todas estas emanaciones está en que a todas las hizo crecer en Él mismo. Él les ha asignado sus destinos. Cada una de ellas se ha manifestado, para que por su propio pensamiento [...]. Porque el lugar hacia el que extienden su pensamiento, ese lugar, su raíz, es la que las eleva en todas las alturas hacia el Padre. Toman posesión de su cabeza, que es reposo para ellas, y son sostenidas, uniéndosele, de manera que dicen que han participado de su rostro con sus besos. Pero no se manifiestan 42 de esta manera, ya que no fueron elevadas por sí mismas; tampoco han sido privadas de la gloria del Padre ni lo concibieron como pequeño ni duro, ni irascible, sino como carente de mal, imperturbable, dulce, conociendo todos los intervalos antes de que existieran y sin haber tenido necesidad de instruirse. Ésta es la manera de ser de los que poseen (algo) de lo alto de la grandeza inconmensurable, en tanto que esperan al Uno solo y perfecto, que está allí para ellos. Y no descienden al Hades ni hay para ellos celos ni lamento ni muerte, sino que descansan en el que permanece en reposo, sin esforzarse ni dar vueltas en torno a la verdad. Por el contrario, ellos mismos son la verdad y el Padre está en ellos y ellos están en el Padre, siendo perfectos, siendo indivisibles en el verdaderamente bueno, de nada necesitan, sino que permanecen en reposo, refrescados por el Espíritu. Y tendrán en cuenta su raíz. Se interesarán por estas cosas en las que encontrarán su raíz y no sufrirán pérdida para su alma.

Conclusión

Tal es el lugar de los bienaventurados. En cuanto a lo demás, sepan en sus lugares que no me es conveniente, 43 habiendo estado en el lugar de reposo, decir nada más. Pero es en él en el que estaré, y para consagrarme por entero al Padre de la Totalidad y a los verdaderos hermanos, aquellos sobre los que el amor del Padre se derrama y en cuyo medio nada de Él falta. Son ellos los que se manifiestan verdaderamente, puesto que existen en la vida verdadera y eterna, y hablan de la luz que es perfecta y colmada de la simiente del Padre, y que está en su corazón y en el Pleroma, mientras que su Espíritu se recogija en esto y glorifica a Aquel en el que ha existido porque es bueno. Y sus hijos son perfectos y dignos de su nombre, porque Él es el Padre y son hijos de este tipo los que Él ama.


Fuente: Textos Gnósticos - Biblioteca Nag Hammadi II, por Antonio Piñero. Editorial Trotta www.trotta.es